CONSTRUYENDO LA INTEGRACIÓN DE LA INDUSTRIA PETROLERA
ÍNDICE DE CONTENIDO
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EDITORIAL
Reinaldo Quintero
Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela
En la presente edición de Barriles, que circula en el contexto de nuestro XL aniversario, queremos destacar que las empresas afiliadas a la Cámara Petrolera de Venezuela, que han hecho y hacen vida en Venezuela, poseen todas las capacidades necesarias para construir la integración de la principal industria nacional.
Hoy estamos frente al desafío de sumarnos a la recuperación de la producción y al procesamiento de hidrocarburos, ante un contexto que demanda el aporte de sector para consolidar no solo la base económica sino también el camino a la prosperidad en su amplio sentido. Para lograr este objetivo, es necesaria la participación de todos bajo un diálogo amplio y seguro, además de la incorporación efectiva de las capacidades y fuerza laboral del sector privado nacional dentro de las iniciativas del sector público para incrementar la producción petrolera del país.
Una vez más, manifestamos nuestra disposición a trabajar en conjunto con PDVSA y sus filiales dentro de las recientes iniciativas que buscan apalancar la producción de Venezuela. Para ello, contamos con 40 años de experiencia como gremio y 100 años como industria, más de 500 empresas afiliadas que conforman la cadena de valor de la industria, y Capítulos regionales ubicados en las zonas estratégicas del país. Tenemos la certeza de que trabajando bajo los principios de ética, participación nacional y competitividad, se pueden alcanzar las metas propuestas. La Cámara Petrolera ha estado, está y estará reafirmando su indeclinable confianza en el país y sus capacidades.
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40 años
Edgard Romero Nava
Ex Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela
La Cámara Petrolera de Venezuela, cumple 40 años. Una historia de crecientes logros en un País que se ha caracterizado por su poco reconocimiento, valorización e importancia del sector privado en general y al petrolero en particular.
Fue fundada en 1978, por promoción del Dr. Humberto Peñaloza, apoyado por un pequeño número de empresas. Se constituyó originalmente como Cámara Petrolera, para la defensa de sus afiliados y la de la participación del empresariado venezolano en el negocio de los hidrocarburos.
El comienzo fue difícil, ya que fueron nacionalizadas las 16 operadoras petroleras sin distingo de tamaño, incluyendo a las tres operadoras petroleras criollas de campos marginales: Mito Juan, Petrolera Las Mercedes y Talon Petroleum. Así culminó su periodo de manera previa al vencimiento de las concesiones, evento que se denominó la reversión petrolera. Asimismo se levantaron los activos e inventarios que se iban a revertir, proceso que fue adelantado con la nacionalización. Y bajo esta misma situación, las trasnacionales disminuyeron sus inversiones al máximo, dado que estaba por terminar su concesión. La nueva empresa, PDVSA, que sustituiría a las operadoras nacionales y transnacionales, estaba integrada por ejecutivos bien preparados por las empresas operadoras. De hecho, entre ellos, algunos ya han ostentado el cargo de presidente.
La nacionalización comenzó más bien como la Estatización del negocio, y en aquel momento las empresas venezolanas eran consideradas como vendedoras de tuercas para la industria petrolera. Le correspondió a la Cámara Petrolera, mediante posicionamiento público, demostrar las capacidades venezolanas en materia petrolera, ante PDVSA, el Ministerio de Energía y Minas, las comisiones del Congreso Nacional y el Presidente de la República. Además de representar la permanente defensa de la participación criolla en la actividad petrolera.
Se sostuvieron entrevistas con los diarios nacionales y estatales, en la radio y en los diferentes canales de televisión. Fue trabajo de la Cámara Petrolera demostrar, no solo con declaraciones sino con hechos, probar procesos, materiales y equipos en Intevep y demostrar la capacidad, cumplimiento y calidad. Permanentemente se expresaba la obligación de la aplicación de Decretos Presidenciales, tales el Compre Venezolano.
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La ahora Cámara Petrolera de Venezuela, con capítulos en Occidente y Oriente, obtuvo por méritos propios la aceptación como el máximo representante del sector petrolero privado. Nuestra institución obtuvo formas de contratación más equilibradas, tales como: la obligatoria asociación de las grandes empresas de ingeniería internacionales con las nacionales, pasando estas de subcontratistas a socios. En vista de ello las empresas de ingeniería crecieron exponencialmente y giraron a contratos IPC, quedando ahora los constructores, como subcontratistas de las ahora IPC de ingeniería venezolana. La Cámara logró entonces que se calificaran por separado, las empresas de ingeniería internacionales, las empresas de ingeniería nacionales y los constructores, y que entre ellos se asociaran para ejecutar los grandes proyectos de la Faja.
Por otro lado, se dividieron en tramos los gasoductos larga distancia para aumentar las oportunidades. En materia financiera se lograron fórmulas creativas para ayudar al flujo de caja: anticipos, pagos a 30 días con pago de intereses por retraso, pero igualmente la aceptación de reconocerle a PDVSA, la misma tasa de interés en caso de solicitarle un pronto pago (antes de 30 días); la aprobación de la cesión de facturas a bancos y la sustitución de la retención de fiel cumplimiento por fianzas de compañía de seguros. Asimismo, la disminución de las fianzas a un techo máximo de $ 1.000.000 de dólares, dado que era el deducible de PDVSA. Como no se logró dolarizar las obras, a cambio, se convino actualizar el valor del bolívar mediante las fórmulas escalatorias con base a la inflación mensual registrada por el BCV, y el pago mixto, dólares/bolívares. En cada firma de un nuevo contrato colectivo PDVSA debía dar un pago anticipado para cubrir la caja por el impacto de aumento.
Sin duda alguna, fuimos determinantes en la apertura petrolera que regresó a las transnacionales al País y que amplió la oferta, y el retorno a los venezolanos de las oportunidades de comenzar a ser operadores de campos marginales.
Por ser reciente, todos conocemos y sufrimos, la consecuencia de la actual fórmula de ser mayoritarios y cambiar socios, por acreedores y de haber reservado al Estado la actividad petrolera privada en el Lago de Maracaibo.
Por supuesto, todo lo logrado ha sido por la participación y apoyo de los miembros y Directivos de la Cámara Petrolera de Venezuela a lo largo de estos primeros 40 años.
Deseo agradecer al Presidente y Directorio la distinción, de elegirme para formar parte del contenido de esta edición especial de la Revista Barriles, que me honro en haberla fundado y la cual desde su nacimiento ha gozado de un excelente equipo.
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XL años promoviendo la Participación y Contenido Nacional en el sector Hidrocarburos
Alberto Held F.
Ex Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela
El 24 de mayo de 1978 se constituye la Cámara de Suplidores de Bienes y Servicios Petroleros, posteriormente denominada Cámara Petrolera de Venezuela (CPV). Desde sus inicios la Cámara tuvo claro su objetivo, que era el estudio, fomento, protección y desarrollo de la producción de bienes y servicios nacionales para la industria petrolera y petroquímica.
Después de creada PDVSA, se formularon planes para el Cambio del Patrón de Refinación en el país, con el propósito de que las refinerías existentes se adaptaran a las nuevas dietas de crudo disponible. Entre 1980 y 1982, PDVSA ejecutó con contratistas internacionales el proyecto Cambio de Patrón de refinación de la Refinería El Palito. En ese momento, la CPV realizó gestiones y logró que PDVSA revisara los mecanismos de evaluación de ofertas para este proyecto y se logró un mínimo de participación nacional en el mismo, esto constituyó uno de los primeros logros de la CPV.
A mediados de los ochenta, gracias a gestiones de la CPV, PDVSA creó la Gerencia de Promoción Industrial, que tenía entre sus objetivos: la sustitución progresiva de materiales y equipos importados, estimulando la inversión y producción nacional; la promoción de la fabricación en el país de partes y piezas claves para el sector petrolero, y el fomento de las exportaciones.
La CPV y PDVSA trabajaron en conjunto para establecer el Programa de Evaluación del Sistema de Aseguramiento y Control de Calidad de las empresas nacionales. Este programa permitió el desarrollo y la certificación como proveedores confiables a numerosas empresas nacionales; lo cual facilitó el aumento de la participación de la Ingeniería Venezolana en el diseño de nuevos proyectos, el desarrollo de productos y bienes con un mayor valor agregado nacional, la sustitución de importaciones y la mayor participación nacional, no solo en el sector hidrocarburos sino también en otras empresas del Estado y del sector privado Así como el trabajo conjunto de los centros universitarios y de investigación y el sector privado, para la aplicación y desarrollo de nuevas tecnologías y productos.
En esos mismos años, el Ministerio de Planificación (CORDIPLAN) creó el Consejo para el Desarrollo de la Industria de Bienes de Capital (CONDIBIECA) y el Fondo para el Desarrollo de la Industria de Bienes de Capital (FONDIBIECA) , organizaciones que contaron con la asesoría de la ONUDI, y donde participaban varios Ministerios del área económica, y entes y empresas del Estado (CVG, PDVSA, CADAFE) y del sector privado (representado por CPV, CAVECON, AIMM, ANATAVE). El objetivo de estas organizaciones era desarrollar estudios y proyectos, para superar las barreras que limitaban el crecimiento y desarrollo de la industria de bienes de capital. Los trabajos realizados por estas organizaciones fortalecieron al sector productivo nacional.
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A lo largo de su trayectoria, la CPV ha organizado numerosos eventos, exposiciones y congresos, que han permitido la discusión de ideas para incrementar la participación nacional en el sector hidrocarburos con el fin de exhibir y promocionar los bienes, productos y servicios de producción nacional ante los representantes de entes del Estado y empresas nacionales e internacionales. Es de recordar la organización del “Latin America Oil Show”, ahora conocida como Exposición Latinoamericana del Petróleo (LAPS), que ha alcanzado ya las 25 ediciones; igualmente los Congresos de Gas y los Congresos Integrales de Hidrocarburos.
Desde sus inicios, la CPV ha realizado importantes esfuerzos para lograr que los entes del Estado, PDVSA y sus socios, y los inversionistas y contratistas internacionales, difundan de manera oportuna, desagregada y detallada, sus planes y proyectos de nuevas inversiones, ampliaciones y mantenimiento de instalaciones existentes, a fin de poder determinar en el tiempo la demanda de bienes y servicios, para que las empresas nacionales puedan planificar y realizar oportunamente sus inversiones y el desarrollo de sus capacidades de producción. Y así se les permita competir en condiciones justas en los procesos de contratación. Debemos reconocer que en ocasiones los resultados de estas gestiones no han cubierto las expectativas de la CPV y sus afiliados. También ha sucedido que los planes del sector hidrocarburos no han sido realistas y no tienen asegurado su financiamiento al momento en que se anuncian, por lo que variaciones en los precios del crudo y gas, obligan a redimensionar, diferir o suspender los proyectos, impactando al sector productivo nacional, que había iniciado acciones para atender esa demanda.
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A mediados de los noventa, surgen los programas de Convenios Operativos, Asociaciones Estratégicas y Contratos a Riesgo y Ganancias Compartidas, comúnmente conocidos como Apertura Petrolera. La CPV y sus afiliados apoyaron estas iniciativas, en el entendido que las mismas ofrecerían oportunidades de participación al sector privado nacional y promoverían la procura de bienes y servicios nacionales. Sin embargo, solo en la I Ronda de Convenios Operativos se logró la participación nacional. En las rondas siguientes y en las asociaciones estratégicas, PDVSA y sus asociados dirigieron sus contrataciones hacia el exterior. Ante esto, la CPV reclamó ante el MEM, PDVSA y la Comisión de Energía y Minas de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional. Como resultado de estas acciones, se acordó la creación, en 1998, de la Alianza de Cooperación Empresarial Petrolera para tramitar la Apertura (ACEPTA). Luego conocida como Alianza Empresarial Petrolera, donde participaban: el MEM, PDVSA, CPV, CAVECON, AIMM, CVC y posteriormente se incorporaron otras organizaciones gremiales. Esta organización se comprometió a “lograr una participación nacional mayoritaria en el mercado de bienes y servicios del sector petrolero y petroquímico”, así como “la formulación de políticas públicas para garantizar al sector privado nacional su desarrollo e integración a la actividad petrolera…”. También se acordó la constitución de una fundación privada denominada Club de la Competitividad Petrolera, que con fondos aportados por PDVSA y el sector privado promovería la calidad y competitividad de los bienes y servicios de producción nacional; así como la creación de una “red de información sectorial” que permitiera, en forma digital y en línea, conocer la demanda y oferta del sector hidrocarburos. Esta excelente iniciativa, lamentablemente, no logró concretar del todo sus resultados.
Finalizando los noventa, la Apertura Petrolera se centró en la producción de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO). PDVSA se asocia con operadores internacionales y surgen las Operadoras Mixtas CERRO NEGRO, PETROZUATA, SINCOR Y AMERIVEN, las cuales construyen facilidades de producción en la FPO y mejoradores de crudo en el norte de Anzoátegui, para producir crudo sintético más ligero y más fácil de comercializar. Gestiones de la CPV permiten que empresas venezolanas de Servicios Integrados de Ingeniería y Construcción, participen en la ejecución de contratos IPC. Esta participación facilitó a su vez la procura de bienes y servicios de producción nacional.
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El 23 de septiembre de 1999, se promulga la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos (LOHG), que incluye en su articulado algunos planteamientos formulados por la CPV al MEM. Así el Art. 22 señala “Las actividades referentes a la exploración y explotación de hidrocarburos gaseosos no asociados, así como las de procesamiento, almacenamiento, transporte, distribución, industrialización, comercialización y exportación, podrán ser realizadas por el Estado o entes de su propiedad, o por personas privadas nacionales o extranjeras, con o sin la participación del Estado.” El 31 de mayo del 2000 se decreta el Reglamento de la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos (LOHG).
Con la LOHG, el MEM promueve el otorgamiento de licencias para la exploración y explotación de yacimientos de gas no asociado. Para asegurar el cumplimiento de lo establecido en la LOHG, el 30 de noviembre de 2002 se aprueban los Lineamientos para la Participación del Capital Nacional en Proyectos Gasíferos, los cuales son de obligatorio cumplimiento para las empresas que quieran obtener licencias de exploración y explotación de gas.
La intención de los Lineamientos es promover la formación y participación de capital nacional en los proyectos gasíferos, maximizando la creación de valor agregado nacional (VAN), los lineamientos establecen que las licenciatarias deben cumplir con los niveles (porcentajes) de participación nacionales que se establezcan; incluyen una lista de más de 150 rubros de bienes y servicios que deben cumplir con un mínimo de contenido nacional.
También consolidan la creación del Comité de Seguimiento a la Participación Nacional en Proyectos Gasíferos COSPAN-GAS que velará por el cumplimiento de los lineamientos. El 19 de abril del 2003 se constituye el COSPAN-GAS integrado por: MEM, CHEVRON-TEXACO y STATOIL (Licenciatarias de Plataforma Deltana), PDVSA y la ALIANZA EMPRESARIAL PETROLERA. Posteriormente, otras licenciatarias se incorporaron al COSPAN-GAS. Los lineamientos establecen, también, la obligación de las licenciatarias de realizar un aporte al “Fondo para el Desarrollo del Sector Privado de Hidrocarburos “, el aporte es el 1 % de los costos de inversión de los proyectos de la licencia; así mismo los proveedores y contratistas deberán aportar el 1 % del monto de sus contrataciones con la licenciataria.
En 2003 COSPAN-GAS contrató un estudio independiente para evaluar y cuantificar las capacidades nacionales, establecer los porcentajes mínimos y meta de contenido nacional y de reservado exclusivo para empresas venezolanas, determinar en cuanto tiempo se deberían alcanzar los valores meta y definir la metodología de cálculo para la medición de progreso.
Es difícil resumir, en pocas páginas, las acciones de la Cámara Petrolera de Venezuela promoviendo la participación y contenido nacional a lo largo de sus 40 años de trayectoria. Es por eso que este artículo lo presentaremos en dos (2) entregas. Han sido 40 años de trabajo, servicio y compromiso con nuestros afiliados, con nuestra industria de hidrocarburos, con nuestro País y con todos los ciudadanos; promoviendo el aprovechamiento de nuestros recursos, sin limitarlos a producir una renta, sino como palanca para el desarrollo integral y sostenible.
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El Templo de la Confianza en Hidrocarburos
Mauricio Canard
Ex Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela
El tema que voy a desarrollar en este artículo, cuando conmemoramos los primeros 40 años de existencia de la Cámara Petrolera de Venezuela (CPV), se centra en un valor que todos reconocemos hoy día como fundamental: LA CONFIANZA.
De las varias acepciones que sobre este término podemos encontrar en el diccionario de la Real Academia Española, se encuentra el siguiente: Esperanza firme que se tiene de alguien o algo. Y es precisamente, este concepto, esta valiosísima definición, el norte fundamental hacia donde hemos apuntado todos y cada uno de los 17 presidentes que hemos tenido el honor de dirigir esta institución. De ahí que, quienes hemos estado al frente de esta institución, siempre contemplamos el poner especial énfasis en la siembra de confianza y garantizar que cada símbolo, cada contacto desarrollado y cada acción planificada y ejecutada incluyera dentro de sí los elementos necesarios para que nuestros públicos, tanto internos como externos, nacionales o extranjeros, pudieran conformar o sentir dentro de si ese sentimiento, esa imagen de que se relacionan con una institución que les genera plena confianza y con quien pueden contar como aliado sin ningún tipo de temores ni incertidumbres. Y en nuestra situación particular, el escenario que rodea el sistema de relaciones en el que nos manejamos es sumamente complejo, ya que nuestros públicos tienen una especificidad muy particular que los hace definitivamente exigentes o rigurosos. El público que construimos con nuestra actividad pertenece a industrias básicas públicas y privadas altamente desarrolladas, que están interconectadas alrededor del mundo y con un recurso humano de elevada formación técnica, con relevantes responsabilidades en el área de gestión pública ya que, en nuestro entorno, la industria de los hidrocarburos la maneja el Estado venezolano. Tenemos entonces que nuestros aliados naturales y los públicos con los que nos relacionamos, están conformados por el Ministerio de Energía, Petróleos de Venezuela, las empresas mixtas y el empresariado privado vinculado con las actividades petroleras y de gas. A este sector, hay que agregar también a las comunidades que circundan cada desarrollo de nuestra actividad industrial. Y en nuestra relación con todos ellos, el desarrollo y ejercicio de la confianza se convierte en algo clave.
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El Estado venezolano, a través de instituciones cardinales creadas para tal fin, define periódicamente los planes maestros para nuestra expansión energética, petrolera y gasífera. Y es en estos magnos procesos de planificación, construcción y producción cuando la experiencia de todas y cada una de las empresas miembros de CPV pueden realizar inmensos y vitales aportes.
Y, sin que nos quepa la menor duda, para alcanzar eficiente y oportunamente todos los objetivos planteados y obtener los éxitos empresariales y de gestión que tanto deseamos, es indispensable que la CONFIANZA sea el valor unificador de todos los actores que participan. Solo de esta manera el Estado y la CPV, como dos grandes socios unidos en un solo equipo, podrán lograr los objetivos que para ambos son comunes. Objetivos que solo persiguen el desarrollo y crecimiento del Estado venezolano en el sector de hidrocarburos que, como es sabido, es el más importante dentro del contexto económico de desarrollo país y poderoso impulsador de áreas conexas.
En mi caso particular, asumí la Presidencia de la CPV para el periodo 2010-2012. Todos recordamos que fue un momento especialmente difícil. Nuestro entorno y sentir dominante se caracterizaba por la presencia de la incertidumbre y la desconfianza. Nos rodeaba una marcada presunción de que sería muy difícil que pudiéramos volver a trabajar adecuadamente con PDVSA. En la memoria de todos nosotros estaba fresco el ingrato recuerdo de las “tomas” y ocupaciones de las empresas de nuestro sector de servicios petroleros, ocurridas durante la gestión anterior (2008-2010). Pero también, paradójicamente y en ese mismo contexto, PDVSA nos había puesto sobre la mesa un ambicioso plan: el Plan Siembra Petrolera de 130.000 MM$ de inversión aproximadamente, para el periodo 2006-2012. No solo nos motivaba la posibilidad de ocupar nuestra capacidad ociosa, sino que también nos interesaba muchísimo continuar contribuyendo con el desarrollo y fortalecimiento de nuestro querido país. En fin, era más que evidente que los escenarios planteados nos conducían claramente a que era imperativo reconstruir y reafirmar la CONFIANZA entre PDVSA y la CPV.
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Con ese objetivo en mente, la CPV se dedicó a trabajar en un plan conjunto con sus Capítulos regionales, para visitar y tender puentes de comunicación que fuesen necesarios con las diferentes Direcciones de PDVSA, tanto centrales como regionales. Como resultado de esas reuniones y de exponer la necesidad de trabajar en conjunto para lograr una verdadera ejecución de ese Plan de Negocios, la Junta Directiva de PDVSA apoyó nuestra idea de hacer el primer evento en conjunto que se denominó I CONGRESO INTEGRAL DE HIDROCARBUROS, el cual se realizó entre el 27 y 29 de septiembre del 2011, en la ciudad de Puerto La Cruz – Edo. Anzoátegui. Este Congreso, con el lema “Venezuela país en crecimiento”, tuvo 3 días de duración y, hay que reconocerlo, permitió acercarnos y estrechar de manera exitosa la relación entre PDVSA, el empresariado nacional de la CPV y las empresas internacionales. Quizá lo más importante de ese evento fue que: Se establecieron sólidas bases para reconstruir y reafirmar la CONFIANZA necesaria para seguir adelante con los planes conjuntos y aliviar en cierta medida los naturales temores ocasionados por las acciones realizadas en periodos anteriores. A partir de 2011 y hasta el 2015 pudimos llevar a cabo 5 congresos consecutivos de este tipo. Como resultado patente, podemos decir que se logró afianzar, durante este periodo, la CONFIANZA necesaria para seguir adelante.
Este cambio en la calidad de las relaciones con PDVSA también permitió, como consecuencia directa, el poder avanzar en nuevos proyectos y acuerdos nacionales e internacionales. Con la aprobación de la Junta Directiva de la CPV y el visto bueno de PDVSA, una delegación empresarial de la CPV visitó China, Vietnam y Corea del Sur. Adicionalmente, se logró la aprobación de PDVSA para la presentación del Plan Siembra Petrolera en estas visitas. En Beijing – China, se firmaron acuerdos con la empresa CNPC (China National Petroleum Corporation) y con la organización equivalente a la Cámara Petrolera de China, conformada por empresarios privados de China. En la visita a la CITIC (China International Trust Investment Corporation), empresa principal china que trabajaba en Venezuela con el programa de la Misión de Vivienda, se lograron acuerdos de incorporación de empresas y personal venezolano para el trabajo conjunto. En Vietnam se firmó un convenio de cooperación con la Asociación de Empresarios Petroleros de Vietnam y en Corea del Sur también se firmaron convenios de intercambio con las empresas Coreanas Hyundai Ingeniería y Construcción, Daewoo, SK Ingeniería y Construcción, algunas de ellas presentes actualmente en Venezuela trabajando junto a PDVSA.
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¿Por qué nuestra delegación alcanzó ese éxito tan notable? Simplemente porque PDVSA confió plenamente en nosotros y desde el inicio nos apoyó con la estructuración de la agenda en China y Vietnam. La delegación tuvo la oportunidad de realizar la presentación institucional de la CPV y el Plan Siembra Petrolera de PDVSA en doce oportunidades. La CONFIANZA entre ambas organizaciones estuvo allí siempre presente. Este caso vivido por nosotros es un claro ejemplo de cómo cambian las condiciones de interrelación cuando cambia la percepción de los diferentes actores y se logra crear una sólida imagen de CONFIANZA.
Uno de los elementos que podemos considerar como más delicados en la conformación y difusión de un clima de confianza reside en la permanencia de los actores participantes que interactúan en los diferentes proyectos, ya que esto definitivamente proyecta estabilidad. Los cambios recurrentes de estas condiciones son realmente indeseables y siempre se convierten en una traba a la hora de mantener un clima de confianza entre las partes. No hay duda de que la confianza empresarial está precedida por la personal. Los vínculos que establecemos como humanos forman parte importante del posterior vínculo de negocios. Cuando se rompe el primero se afecta inevitablemente el segundo. La fractura que se da entre eslabones tiene consecuencias en la cadena general. Los retrasos indeseables se generan y alcanzar el objetivo final será, en consecuencia, más tardío.
Por eso comencé diciendo que es una responsabilidad inicial de los Presidentes de la CPV mostrar una organización sólida, bien estructurada y alineada. De allí surgirá inevitablemente la CONFIANZA no solo hacia el exterior sino también internamente. Solo así podremos lograr, de manera oportuna y eficiente que nuestra contraparte también se vea con la responsabilidad y obligación de generar la parte de CONFIANZA que a ella le corresponde, mediante actos y toma de decisiones que nos reafirmen esa premisa. Ese debe ser nuestro gran norte, como ya he señalado.
Hoy, años después de esa experiencia iniciada en 2011 que relaté párrafos atrás, se presenta una nueva oportunidad, un nuevo escenario, que pareciera ofrecer condiciones apropiadas para que el empresariado de la CPV participe adecuadamente. PDVSA está tomando decisiones importantes, está presentando una oportunidad única: necesita urgentemente incrementar sus ventas, de ahí su nuevo programa Aumento de Producción Petrolera.
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Para alcanzar ese objetivo, este nuevo reto que propone PDVSA, es imprescindible conformar una organización con demostrada experiencia en las diferentes áreas necesarias para acometerlo. Y ello solamente es posible con la participación de las empresas de experiencia que forman parte de la CPV; y, evidentemente, con el concurso también de empresas internacionales que apoyen la conformación de los consorcios necesarios, con inversión y tecnología. Allí nuevamente la CPV tiene un rol protagónico y de extrema importancia en apoyar a los miembros de nuestra organización y tiene la llave también para que se haga realidad la generación, creación, reafirmación y mantenimiento de CONFIANZA entre nuestras empresas nacionales, empresas internacionales y PDVSA para construir con bases firmes y columnas sólidas el objetivo final que es el Aumento de Producción Nacional, que ya es una urgencia nacional.
Antes de compartir con ustedes una imagen sencilla que sintetiza lo que he querido transmitirles, pensaba expresarles que la Cámara Petrolera de Venezuela se encuentra en este momento en el ojo del huracán. Sin embargo, como la frase -de todos conocida- puede generar cierto temor, quizá lo más apropiado y certero es señalar que nuestra institución hoy está en el lugar adecuado y en el momento justo. No podemos desperdiciar esta oportunidad y debemos demostrar que somos los indicados para apoyar a PDVSA en lograr el éxito y que PDVSA tome decisiones que vayan en la dirección correcta de afianzar la CONFIANZA necesaria para lograrlo, sino todo este esfuerzo podría quedarse como un intento temporal con resultados no deseados. Estamos en un momento ideal para lograr cosas grandes en la vida.
A continuación, les muestro en forma gráfica lo que he denominado el TEMPLO DE LA CONFIANZA de los HIDROCARBUROS en el país y el TEMPLO DE LA CONFIANZA del AUMENTO DE PRODUCCIÓN PETROLERA, proyecto más importante de PDVSA de la última década. De lograr cumplirse este esquema sería un éxito para el país y para todos nosotros.
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“La Confianza es algo que si dejamos que se erosione termina derrumbando al gobierno más poderoso, a la empresa con más éxito, al liderazgo más influyente, a la amistad más sincera, al carácter más fuerte y al amor más profundo. Y si logramos desarrollarla y aprovecharla, la confianza encierra el potencial de generar un éxito y una prosperidad sin parangón en todos los ámbitos de la vida…” Stephen M. R. Covey, en el Factor Confianza.
“Cualquiera que no sea cuidadoso con la verdad en los asuntos pequeños no es digno de confianza en los asuntos importantes”… Albert Einstein
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El Presente y el Futuro de la Cámara Petrolera de Venezuela
Hugo Hernández Raffalli
Ex Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela
En el marco de los primeros 40 años de la Cámara Petrolera de Venezuela, es propicio resaltar el papel de la Institución en casi medio siglo. La Cámara Petrolera surge con la necesidad de consolidar a las empresas privadas venezolanas prestadoras de obras y servicios para la industria petrolera, allá por los años 1978. Prácticamente, de seguidas a la pseudo nacionalización de nuestra Industria Petrolera. Este evento marcó la necesidad de aglutinar a las empresas privadas en un organismo capaz de defender los intereses comunes ante la nueva realidad de Venezuela. Las empresas extranjeras explotadoras de petróleo fueron nacionalizadas, se convirtieron en empresas manejadas por el Estado venezolano.
En 1948, nace la Cámara Petrolera de Venezuela con su primer presidente, el Dr. Humberto Peñaloza, hombre vinculado a la industria y conocedor de la materia. Quien fue apoyado por muchas empresas privadas venezolanas, que habían prestado servicios y bienes a la industria petrolera, contribuyendo al desarrollo y modernidad de gran parte de la infraestructura del sector.
La Cámara Petrolera, es el ente gremial más representativo de la empresa privada en Venezuela. Ha evolucionado hasta nuestros días, pasando por varios Presidentes, que han contribuido en mantener el alto de la Cámara. Hoy en día, varías de sus empresas afiliadas están participando en la recuperación de la producción de petróleo, que tiene por delante PDVSA, entre recursos propios, pasando por nuevas inversiones, empresas mixtas y empresas venezolanas. Todo en el marco legal de la Constitución Nacional y la Ley Orgánica de Hidrocarburos vigente.
El presente y futuro de la Cámara, es promisorio y esperanzador, como catalizador e intermediario en las relaciones entre PDVSA y el Sector Privado Nacional, bajo normas de respeto y consideración.
Los empresarios venezolanos que hacen vida en la Cámara, son gente decente y honesta que han trabajado para la Industria, por más de 50 años, con éxitos inobjetables. En estos momentos de angustia y apremio que vive el país, es necesario que las fuerzas de nuestras almas y cuerpos, se pongan al servicio de Venezuela. Venezuela merece todo nuestro esfuerzo. Es el país que nos ha dado todo cuanto somos y tenemos. Unas son verdes y otras maduras. Es nuestro país y eso está por encima de todo.
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Venezuela hoy en día depende de la recuperación de la producción de petróleo. Reponerla a los 3 millones de barriles diarios, sería la salvación económica del país. Los ingresos permitirían acceder a los bienes y servicios que demandan los venezolanos.
Finalmente, los retos que tenemos por delante, son muy grandes. Dependerá del rescate de los valores fundamentales, como la responsabilidad, el respeto, la honestidad y la consideración hacia el prójimo. Sin ellos, seremos ricos en ingresos y pobres de espíritu. El ciclo de repetirá.
Felicito a nuestra Cámara Petrolera de Venezuela en sus primeros 40 años. Tuve la honra de presidirla al inicio del siglo XXI, del 2000 al 2002. Años muy difíciles y críticos. Hoy bajo la Presidencia de Reinaldo Quintero, continuarán construyéndose los puentes y las maneras de consolidar las relaciones con PDVSA, los demás entes del gobierno, y los entes internacionales. La empresa privada petrolera, se irá fortaleciendo en el tiempo.
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El Petróleo en Venezuela:
Los Primeros Cien Años, la Mitad del Camino…
Antonio Vincentelli
Ex Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela
La Primera Mitad, los primeros cien años
La historia de Venezuela de principios del siglo XX y la de su petróleo van inexorablemente ligadas. Camino de dificultades con sus éxitos y sus errores, historia del oro negro, de sembrar el petróleo, del excremento del diablo y también de Casas Muertas. Historia fascinante en la cual el petróleo como protagonista de excepción, sacó a Venezuela del atraso, la ignorancia y la enfermedad.
A veces esa parte de nuestro devenir se nos olvida, cuando es precisamente de ella que debemos aprender para retomar la senda de bienestar y crecimiento social que el pasado ya una vez nos señaló.
Algo de Historia
Sin ahondar en una historia que con seguridad muchos protagonistas, la conocen mejor que yo, el descubrimiento del Zumaque en 1914, aceleró la búsqueda de petróleo en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y junto con el famoso reventón del Barrosos 2 en el año 1922, pusieron a Venezuela, hasta entonces un país pobre, primitivo y rural, en el escenario mundial, atrayendo la atención del mundo petrolero a la Cuenca de Maracaibo, poseedora de la acumulación más fabulosa de petróleo convencional en la historia de los hidrocarburos.
El Lago y el estado Zulia fueron sinónimos de desarrollo petrolero, llegando el Zulia a producir cerca de tres millones de barriles diarios a principios de la década de los 70’, cambiando para siempre el curso de la historia de Venezuela. Solo hace cien años.
Comienza el Desarrollo
Inicialmente son los campesinos y pescadores locales los que pasan a ser los primeros trabajadores petroleros, pero muy pronto las posibilidades de trabajo atraen gente de otras partes de Venezuela, primero de los Andes, de Falcón y Margarita. Luego, en la post guerra, ocurre esa extraordinaria inmigración europea que tanto bien nos ha hecho. Esta mezcla sin igual contribuyó a conformar este gentilicio extraordinario que hoy en día tenemos. Gentilicio trabajador, especial y diverso, unido por una verdadera vocación de trabajo y amor a la tierra que hicieron suya.
De este Gentilicio nace en el Zulia un pueblo emprendedor como ninguno habíamos visto en la historia de Venezuela. Se desarrolla una cultura empresarial propia de trabajador-inversionista consagrado, que pone su esfuerzo, su negocio y sus ahorros donde está su corazón, en su propia tierra.
Ahora bien, no se puede olvidar que cuando todo esto comienza éramos unos de los países más retrasados de América Latina, de salud precaria, enfermo de sífilis y paludismo, analfabeta e incomunicado, sin opciones de salir adelante. Es inicialmente el Zulia quien, con sus recursos y empuje, saca a Venezuela de este retraso político y social. Ningún país del mundo se ha desarrollado y diversificado en tan corto tiempo como ocurrió en la Venezuela de esa época.
En estos primeros años de nuestra industria petrolera vemos como la producción ya para 1930 alcanza los 130 MBD y los 562 MBD en 1939, un crecimiento extraordinario que nos convierte en el tercer país productor y el principal exportador de crudo a nivel mundial.
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La segunda guerra
En estos años de desarrollo y siendo Venezuela un país apartado de los grandes conflictos mundiales, la importancia de su petróleo no pasa inadvertida durante la guerra y en Febrero de 1942 tres submarinos alemanes atacan frente a las costas venezolanas a barcos y refinerías, hundiendo 18 tanqueros y 23 barcos comerciales. De lo buques hundidos siete venían saliendo del lago de Maracaibo, entre ellos el Monagas, el Tiajuna y el Pedernales donde más de veinte venezolanos perdieron sus vidas y a quienes también hoy rendimos homenaje.
Ya para el fin de la guerra en 1945, la producción nacional alcanzaba los 885 MBD.
Impulso al Desarrollo
Es en estos años, antes, durante y después de la guerra, cuando la historia del Zulia, de un pueblo emprendedor, motoriza la gran historia de la Venezuela del desarrollo. En este periodo de pocos años erradicó al paludismo, construyó la mejor red vial de Latinoamérica, combatió el analfabetismo y dio acceso a las clases humildes a la educación profesional, llenándooslos de optimismo, se incrementaron las fuentes de trabajo, se elevó el ingreso per cápita a uno de los más altos del mundo, con un indiscutible impacto social en el país. No nos engañemos, todo este progreso fue, directa o indirectamente, producto del petróleo, fue mucho lo que se hizo y se hizo bien.
En esas décadas el avance del país fue armónico. El ingreso petrolero permitió el desarrollo paralelo junto con el de la producción de crudo no solo de la salud, la infraestructura y la educación, sino también provocó la creación de industria, la generación de trabajo productivo y de un profundo ahorro en inversión en el país. Se construyó Estado, con reformas sustanciales del sistema político, económico y social. Se promovió la institucionalización del país, con la creación del Banco Central de Venezuela, la Contraloría, el Consejo Supremo Electoral, y de leyes como la primera ley del Trabajo, del Impuesto, de Hidrocarburos, entre otras.
Es precisamente este progreso integral y armónico el que impulsa ese increíble desarrollo social que vivió el país, ejemplo y envidia del continente. Se generó una nueva clase media de obreros y artesanos especializados, de técnicos y profesionales, que nutrieron también otros sectores públicos y privados del país, constituyendo un factor de atracción de toda clase de migraciones de dentro y fuera del país.
El Empresariado Zuliano
Mientras estos eventos ocurren, brota de ese gentilicio Zuliano, de ese pueblo humilde y trabajador, una clase empresarial privada, arraigada y emprendedora, que comienza con empresitas personales de apoyo o servicios, muchas de ellas en el área de la construcción civil. Algunas evolucionan y se comprometen firmemente con Venezuela invirtiendo, en industrias duras, creando un verdadero cluster o conglomerado industrial Zuliano. Aparecen empresas de metalmecánica fina y pesada, de electricidad e instrumentación, de mantenimiento y servicios petroleros. Su confianza en el futuro se traduce en entusiasmo, en trabajo, ahorro e inversión, conformando un complejo industrial que fue capaz de proveer en forma segura y confiable las necesidades de materiales, equipos y servicios requeridos por operaciones en tierra y costa afuera sobre los dos millones de barriles diarios de producción.
La inversión petrolera y afín propiciaron el desarrollo de industrias no relacionadas como la agroindustria, la textil y la automotriz, y de empresas de servicios de toda índole, ingeniería, construcción civil y muchas otras, ampliando el horizonte económico y social del país.
Es oportuno recordar que ese conglomerado industrial y de servicios petroleros que se forma en el lago fue uno de los más grandes del mundo, fuera de los Estados Unidos, y donde nació la exploración producción costa fuera a nivel mundial.
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El Contexto
Este fenómeno de desarrollo regional, que fue capaz de impulsar todo el desarrollo nacional, no se dio por arte de magia, sino por la interrelación correcta y armónica de un conjunto de factores que comienza indiscutiblemente por la existencia abundante del recurso natural, pero ciertamente ella sola nunca hubiese sido suficiente. La historia del mundo, está llena de países ricos en recursos y pobres en llevarlos al bien común.
Para lograr esos resultados de progreso social, económico y político que he mencionado, a la abundancia del recurso se sumaron condiciones atractivas que generaron un ambiente de oportunidades que atrajo empresas a afrontar los riesgos exploratorios en regiones remotas, dando oportunidad de trabajo y superación a nuestra gente en y fuera de la industria, permitiendo la conformación de un Estado y de un país.
Unas condiciones que atrajeron a inversionistas y que se fueron ajustando en el tiempo a favor de la Nación en la medida en que las bondades de los yacimientos se fueron conociendo mejor y el riesgo exploratorio disminuía.
Desde las primeras legislaciones petroleras de los años ‘20, se esbozaba el principio que la industria petrolera debía crecer con los objetivos de desarrollo económico y social del país. Las reformas a la Ley de hidrocarburos de los años ‘36 y ‘38, nos llevaron a la Ley de Hidrocarburos de 1943. Una Ley que fue ampliamente debatida y dio claridad y estabilidad al desarrollo petrolero del país. Promovió un incremento significativo de la inversión en virtud de la estabilidad contractual y de la seguridad jurídica que garantizó durante las décadas siguientes.
Esta evolución ocurre dentro de un entorno amistoso hacia la inversión privada en la industria y actividades afines, pero simultáneamente velando por los interés de la Nación como puede observarse con la modificaciones a la ley de impuesto sobre la renta de 1948 donde aparece el famoso 50/50 y la del dos tercios un tercio de 1958.
Dadas las distancias, los costos y los tiempos que representaban la ubicación de las operaciones, era verdaderamente estratégico para las empresas operadoras disponer de capacidad de respuesta local. En este sentido hay que reconocer la actitud proactiva de estas empresas hacia el desarrollo local, buscando disponer la gran ventaja que representaba una oferta local de personal capacitado y de bienes y servicios confiables y de calidad, propiciando su desarrollo. Inicialmente establecieron dentro de sus organizaciones centros de entrenamiento, unidades y talleres, luego traspasando muchos de ellos a manos privadas y tercerizando cada vez más sus actividades.
Formaron personal y contribuyeron con la construcción de infraestructura, entre ellas la red la vial de la costa oriental y hospitales en sus áreas operativas y en el mismo Maracaibo. Asimismo involucraron a universidades y profesionales locales en la búsqueda de soluciones a los problemas específicos del área.
Un ejemplo que merece recordarse es la primera unidad de perforación flotante en el mundo, la gabarra C-201 propiedad de la Creole, construida en Venezuela utilizando un diseño realizado en la Universidad Central y que inició sus operaciones en el lago el año 1963. Esta innovación nacional cambio los parámetros del desarrollo petrolero lacustre al reducir, prácticamente a la mitad, los costos de los pozos.
La Shell y la Creole construyen en Maracaibo el Centro Médico de Occidente y el Hospital Coromoto, respectivamente, que hoy en día continúan siendo referencia de salud en la ciudad.
Sus programas de becas universitarias dentro y fuera del país ofrecieron la oportunidad de realizar estudios profesionales a cientos de personas entre los cuales honrosamente estoy incluido.
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También sus programas culturales y el deporte son conocidos y los juegos Shell dieron al país su primera medalla olímpica con Arnoldo Devonish en Helsinki en 1952.
Durante esa primera etapa de nuestro desarrollo petrolero, el Lago de Maracaibo fue la gran escuela petrolera a nivel mundial y el gran polo de desarrollo de tecnologías que antecedieron lo que hoy es la super-sofisticada y productiva industria costa afuera, y Venezuela habiendo sido su cuna, se quedó fuera de su evolución.
Un aporte decisivo a la industria petrolera fue la actitud y el rol de nuestra gente. Esos campesinos y pescadores que vieron en el petróleo la oportunidad de crear un futuro mejor para sus hijos. Que emigraron de sus tierras sin conocimiento de materia petrolera, trabajando en condiciones precarias sin mayores servicios, pero que aprendieron nuevos oficios, se organizaron, formaron a sus hijos y crearon a ese que hoy en día con mucho orgullo llamamos “el trabajador petrolero venezolano”.
Desafortunadamente, cuando vemos lo escrito sobre nuestra historia laboral petrolera se resalta la creación del primer sindicato petrolero en 1925, vetado por el presidente Gómez y la famosa huelga petrolera de 1936, que sin duda fueron hechos fundamentales en la historia del país, pero poco se dice de los hijos y nietos de esos campesinos, muchos que no sabían ni leer ni escribir, que luego fueron quienes llenaron las posiciones técnicas y profesionales de esas mismas empresas hasta sus posiciones más altas a nivel nacional e internacional y que también hoy son los empresarios, médicos, abogados, etc. del país. No me queda, la menor duda de que para esos primeros trabajadores petroleros, a quienes también hoy honramos, ver a sus hijos y nietos formarse y desarrollarse ha sido su mayor orgullo y representan un gran éxito de la historia laboral del país.
Gracias a un entorno que estimulaba el emprendimiento, lleno de optimismo y entusiasmo y que da origen al empresario Zuliano, se crearon empresas como Z&P, Flag, Confurca, Lukiven, Z&C, Costa Norte y Cepeven entre muchísimas otras más que aprovecharon las oportunidades ofreciendo toda clase de bienes y servicios a la industria petrolera y a muchos otros sectores de la actividad industrial del país, creando la concentración de industrias petroleras más grande de Latinoamérica y uno de los más grandes del mundo. Este esfuerzo continuo se tradujo en que más del 60 por ciento de los bienes de capital requeridos por la industria alcancen ser de origen nacional. A ellos también debemos honrar.
El rol del Estado en esos primeros años también fue factor determinante. Por un lado puso orden en el negocio, creando la infraestructura jurídica necesaria que, salvaguardando los intereses de la Nación, proveía un marco jurídico sólido, estable propicio a la inversión. Y, por otro reconociendo que el desarrollo nacional requería de mucho más que la simple renta petrolera y que era necesario acompañar esa renta de la creación de empleo productivo, industria y valor agregado nacional. Con está clara visión de Estado, de un nacionalismo prudente, firme y amable, se requirió a las empresas operadoras desarrollos locales, mejoras en la calidad de vida e incorporación de lo nacional, y así nace primero por allá en 1917 la refinería de San Lorenzo y posteriormente las de Amuay y Cardón. Simultáneamente se hizo un esfuerzo extraordinario en la educación básica, media, técnica y profesional, en salud y en comunicar el país; y, estableciendo las condiciones propicias al desarrollo de la industria.
Para mí lo más significativo de esta época fue la generación de empleo y del ambiente favorable a la creación y desarrollo de empresas nacionales. Unos tiempos llenos de oportunidades para muchos. De poco hubiese servido una gran infraestructura, salud y educación, si nuestra gente y nuestros muchachos al graduarse no hubiesen conseguido empleo digno y oportunidades de crecer, desarrollarse y sustentar sus familias.
Este esfuerzo conjunto es nuestra historia petrolera de la cual con sus altos y bajos, como toda historia, debemos sentirnos orgullosos. El balance fue sin duda positivo.
Con esto no quiero dar la impresión de que todo fue perfecto. Ni modo, también hubo errores, fallas y grandes abusos, pero desafortunadamente, pareciera que nos gusta enfocarnos más en estos que en los logros. Pero la historia hay que verla en su conjunto, para aprender de lo bueno y no repetir lo malo. Parafraseando como bien dicen, el que no conoce su historia asegura repetir sus errores.
Es necesario desmitificar la historia, no concentrarse solo en los grandes eventos, descubrimientos, huelgas, guerras, nacionalizaciones, etc. Sino también meterle la lupa, ver lo cotidiano, el día a día, ver lo que, paso a paso, edifica un país y buscar los orígenes y causas que permitieron el proceso industrial y fomentaron el desarrollo impactando positivamente la sociedad.
Fueron décadas de trabajo, aprendizaje, crecimiento familiar, generación de empleo y riqueza, prosperidad y modernidad. Mucho de donde aprender.
La mecha que se prendió en el Zulia en su momento se trasladó al oriente del país apoyando la nueva industria y dando origen al desarrollo empresarial petrolero local.
Ese crecimiento sostenido de la producción petrolera, en armonía con el resto de la economía, alcanza en 1970 su record histórico de 3,7 mbd en un momento en que la población del país era del orden de los once millones de habitantes. Venezuela era en ese entonces el tercer productor del mundo por encima de Arabia Saudita.
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Algo pasó en el camino
A principios de los 70 el presidente Caldera anuncia la reversión petrolera y que las concesiones que vencían en 1983 no serían renovadas. Evidentemente esto causó una disminución de la actividad exploratoria por parte de las operadoras con la consecuente disminución de las reservas y de la producción del país. Esta situación en medio de una bonanza de los precios petroleros llevó al presidente Pérez a la nacionalización total de la industria petrolera, creándose PDVSA y pasando todas las operaciones al Estado venezolano.
Los precios del petróleo que en términos reales se habían mantenido relativamente constantes desde los años cuarenta hasta 1973, cuando debido entre otras causas al embargo petrolero propiciado por Libia en 1970, la guerra de Yom Kippur de ‘73 y la guerra entre Irán e Irak del ‘79; se duplican en 1974 y más que se duplican nuevamente para 1980. Este incremento fenomenal, como si mañana el petróleo pasara los 400 dólares, creó súbitamente una afluencia desproporcionada de recursos, no producto del trabajo, que afectó todas las facetas de la vida nacional.
Nos entró una especie de borrachera de dinero, de prepotencia, de poder, de soberbia y de ambiciones desmedidas. El país productor se desarticuló de su producción, se gastó desmedidamente en proyectos faraónicos, mal concebidos y peor ejecutados.
Los precios del petróleo que comenzaban a declinar en 1983, colapsan en 1986 y para mediados de los noventa regresan, en términos reales a los valores anteriores a 1970. Un país acostumbrado al despilfarro, agota sus reservas internacionales y recurre al endeudamiento desordenado; y, un viernes negro de 1984, el sistema colapsó.
Ese mal uso de la bondad petrolera, malgastando la renta, ignorando el desarrollo armónico de país en lo social, lo político y lo empresarial, fue erosionando el camino ganado, empobreciendo a la población y haciendo a Venezuela cada vez más dependiente del ingreso petrolero.
En 1985 la producción de crudo de Venezuela llegó a caer a 1.677.000 bpd.
El país le dio la espalda a su petróleo, descuidó la producción y con ella la generación de trabajo e industria.
El mayor desastre no fue la caída de los precios, fue que al no haber producción tampoco había el empleo indirecto y no afín que ella generaba; y, posteriormente cuando los precios comienzan a recuperarse no estaba la producción para levantar la economía, ni la capacidad financiera para levantar la producción.
Pensamos que la fiesta nunca terminaría y asumimos por dadas las condiciones que propiciaron ese increíble desarrollo y perdimos la perspectiva que, al final del día el petróleo es un negocio.
A pesar de que el incremento súbito de los precios fue obviamente un fenómeno mundial, no ocurrió lo mismo que en Venezuela en todos los países petroleros, particularmente en los países árabes que continuaron apuntalando su producción aumentando su participación en el mercado, pudiendo sortear con mucho menos trauma el colapso de los precios petroleros.
Difícil predecir lo que hubiese pasado, pero si en vez de la reversión absoluta se hubiese optado por un sistema mixto de empresas públicas y privadas que abriese espacios a empresas privadas nacionales y se hubiese mantenido un proceso armónico de desarrollo robusteciendo al país alrededor de su principal recurso, impulsando la producción, desarrollando la industria y sus industrias afines probablemente otra sería la historia. De todo esto debemos aprender.
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Una Cultura Rentista
Esa especie de relación de amor y odio hacia el petróleo que manifestamos en nuestra cultura es también parte de nuestra herencia histórica petrolera. Algo así como si nos da vergüenza haber tenido la gracia de disponer en forma tan abundante de un recurso tan importante para la humanidad. De hecho decimos que el país se acostumbró a la vida fácil, a vivir de la renta, que tiene una cultura rentista, como quién le echa la culpa a otro.
Cuando vemos el rentismo como el niño rico que despilfarra una herencia o lo que ganó al azar, o como el boxeador que hace millones y a los pocos años es un mendigo, pasamos a atribuir a esa riqueza fácil que nos ha regalado la naturaleza, el origen de problemas como la inflación, la enfermedad holandesa y la desigualdad, ignorando nuestra responsabilidad.
Sin embargo, me pregunto si alguien en su sano juicio preferiría cambiar su posición de disponer de tanto recurso, que tan bondadosamente nos regaló la naturaleza, por el de no tenerlo.
Rentismo es indiscutiblemente una palabra fea, vivir de la renta suena a vividor y lo asociamos a flojera, despilfarro, gastos innecesarios, y sin duda hay mucho de eso. Pero también podríamos referirnos a esa persona juiciosa que ahorro toda su vida para disfrutar de una vejez tranquila, “viviendo de su renta”. El éxito de los países del Mar del Norte y de varios de los países árabes, es que supieron administrar esa riqueza súbita, propiciando la producción y el desarrollo pero ingresando a la economía lo que ella necesitaba para un crecimiento armónico, ahorrando el resto para tiempos difíciles y para las futuras generaciones.
Evidentemente el problema no está en la riqueza que proviene de los recursos naturales sino como estos son administrados. Nuestro problema no es el petróleo, ni la renta, sino la forma de generarla y el uso que se de a ella.
Más sutil, pero importante de comprender, es que el rentismo también es cuando todo va al gasto por más justificado y bien ejecutado que este lo sea. Del esfuerzo dedicado al desarrollo del recurso natural, de la generación de la renta y de su uso, parte tiene que ir a la creación de nuevas fuentes de empleo y riqueza. Si todo el esfuerzo se dedica a temas tan fundamentales como son la salud, la educación y el desarrollo de infraestructura por más loables que estos sean y no se genera industria con puestos de trabajo permanentes bien remunerados, desarrollando bienes y servicios que redunden en una mejor calidad de vida para la colectividad, tarde o temprano los altibajos de los precios destruirán el sistema, o la simple renta se irá volviendo insuficiente para sostener los niveles de calidad de vida logrados, finalmente repercutiendo en la salud, educación e infraestructura.
Afortunadamente la industria petrolera por sus propias necesidades de bienes y servicios y por lo cuantioso de sus inversiones, permite, si estas se desarrollan en el país, adelantar un proceso de generación de empleo y creación de industria paralelo a la producción de renta facilitando el desarrollo armonico del que hemos hablado.
Nuestra historia petrolera desde los años ‘20 hasta los ‘60, nos presenta una evidencia extraordinaria de como un esquema de desarrollo armónico de enfoque claro en lo social y empresarial con los incentivos adecuados, permitió en un tiempo increíblemente corto llevar al país a una senda de progreso, desarrollo social y mejor calidad de vida. Lo mismo hemos visto en otros países, por ejemplo los del Mar del Norte, donde el desarrollo de su industria extractiva fue acompañado de desarrollos paralelos de industrias relacionas y no relacionadas, que los llevó, también en muy pocos años, de ser los países más pobres de Europa con los menores ingreso per cápita y pobre calidad de vida, a ser los líderes europeos en todos esos renglones. Efectos positivos similares hemos visto en Chile y Perú que han asociado el desarrollo de su minería al desarrollo de otras industrias.
La historia en su conjunto nos enseña que si bien la renta ayuda y es una gran suerte tenerla, nunca sustituirá al trabajo emprendedor.
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La Evolución del Entorno: Buenas y malas noticias
Hoy apreciamos que el mundo de los hidrocarburos en los últimos cien años ha cambiado y mucho. Hay muchos más jugadores, ya no son solo las siete hermanas y Rusia como a principios del siglo pasado, o las siete hermanas, Rusia y los países de la OPEP como a mediados y fines de siglo. Hoy hay multitud de países productores dentro de un mercado más dinámico en el cual ningún grupo ejerce los niveles de control del pasado, a pesar de que todas las proyecciones visualizan a la OPEP manteniendo una participación dominante en el mercado levemente por encima del 40% en el futuro previsible.
En lo que se refiere a la demanda se aprecia que los hidrocarburos continuarán siendo el principal suplidor de energía del mundo con una proyección ligeramente creciente del 1% anual, pasando del orden de los 90 millones de barriles diarios en la actualidad a 116 millones en el 2040, fundamentalmente debido a los incrementos del consumo en China y la India.
Sin embargo, el mapa de la oferta y la demanda en el mundo en general y en nuestro continente en particular, está en un proceso de cambio continuo y substancial.
Uno de los cambios más importantes en el balance petrolero del continente es el aumento sostenido de la producción en los Estados Unidos que de 5 millones de barriles en el 2008 se estima sobrepase los 11 millones este año, con la consecuente reversión de la tendencia creciente de más de 20 años en sus importaciones netas, la cual alanzó su valor máximo por encima de los 10 millones de barriles a mediados de la década pasada y que para el 2017 se había reducido por debajo de loscuatro millones de barriles, con proyecciones de continuar reduciéndose.
Los principales factores que han contribuido a este cambio de tendencia han sido desarrollo de fuentes de crudo liviano y establecimiento técnica y económicamente factible, de nuevas tecnologías de fractura para la producción de petróleo las lutitas, traen al mercado nuevos volúmenes de recursos de los que recientemente poco se hablaba, ambos procesos empujados por los altos precios del petróleo y los avances tecnológicos. En Estados Unidos en los últimos años se ha desarrollado una producción ya cercana al millón de barriles diarios de crudos no convencionales la cual era inferior al millón de barriles en el 2010 ya sobrepasa los 6 millones de barriles diarios.
Para configurar el mapa completo del continente debemos incluir en el análisis el proceso de apertura petrolera de México dados sus grandes potenciales costa adentro y en el Golfo; los planes de desarrollo del pre-salt de Brasil; los planes del Ecuador de abrir a la exploración petrolera el parque del Yasuni de gran prospectividad; y el crecimiento en las actividades exploratorias en Perú. Si a esto sumamos los potenciales desarrollos de no convencionales en Vaca Muerta en Argentina y del Magdalena en Colombia, podemos avizorar cambios radicales en el mapa energético del continente y que debe llevarnos a afianzar nuestros mercados en el continente y continuar abriendo espacios en los grandes mercados emergentes.
Es de destacar que todos estos son países que están en una situación imperativa de aumentar sus reservas e ingresos fiscales y harán grandes esfuerzos por atraer capitales.
Esto ratifica la visión profética del Jeque Yamani cuando dijo que la edad de piedra no se acabó por la falta de piedras y que la del petróleo no se acabará por la falta de petróleo; echando por tierra teorías como la del Peak Oil. Ciertamente los avances tecnológicos y la recuperación de los precios del petróleo han abierto nuevos horizontes al mercado petrolero.
Dentro de esta realidad de múltiples opciones para convertir recursos en producción, la competitividad y la capacidad de atraer y ejecutar inversiones y asegurar el mercado marcarán la diferencia entre los que desarrollen sus recursos y los que no.
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La segunda mitad, los próximos 100 años
Donde Estamos
En esta competencia Venezuela tiene grandes ventajas comparativas, pero hemos visto caer nuestra producción a niveles inimaginables afectando la vida de todos en el país. Disponemos de cantidades abundantes de recursos conocidos, nuestro costo técnico de descubrir y desarrollar es sustancialmente menor, el riesgo exploratorio es bajo y existe una infraestructura ya desarrollada. El reto que se nos presenta es como revertir la tendencia y aprovechar esas ventajas para convertirlas no solo en productoras de crudo, sino también de industria, desarrollo y bienestar.
Con este telón de fondo y el bagaje histórico que nos respalda podemos aventurarnos a hablar de los próximos cien años, la segunda mitad.
Venezuela posee grandes reservas probadas de crudo, con una relación reservas / producción superior a la de cualquier otro país petrolero, incluyendo a Arabia Saudita, o la de Rusia. Pero en un mundo de abundancia petrolera de poco nos servirán si no las desarrollamos y producimos.
Refiriéndonos al occidente del país, hoy podemos decir que de la cuenca del Lago de Maracaibo, se han extraído hasta el presente más de 30.000 millones de barriles de crudo y se pueden extraer cerca de 20.000 millones más con desarrollos tecnológicos en materia de recuperación terciaria y perforación en áreas de presiones subnormales. El petróleo remanente en esta cuenca, representa cerca de la mitad de los crudos livianos y medianos con los cuales cuenta Venezuela.
Estamos hablando de un volumen de reservas que por si solo representa la 1ra reserva más grande de Sur América, después de la de Venezuela, muy por encima de Brasil, México y Ecuador; recursos que serían la envidia de cualquier país.
Venezuela está sentada sobre unas acumulaciones tan grandes de petróleo que podemos aseverar, sin temor a equivocarnos, que jamás se agotarán.
Si bien la producción del Lago constituye un reto comparado con las producciones del pasado, estos son recursos ya descubiertos que, bajo las condiciones adecuadas, son de producción competitiva al compararlos con los altos costos de los crudos no convencionales y ultra profundos.
Hemos olvidado el Lago, regresar a el con entusiasmo, creando las condiciones adecuadas, impulsando nuevamente un desarrollo armónico, generaría trabajo, industria y renta, repercutiendo positivamente en bienestar social, abriendo nuevamente oportunidades a todos e impulsando el desarrollo del país, es una necesidad urgente. Al igual que muchos de los campos de petróleo liviano llenos de oportunidades por aprovechar.
Ese rol fundamental que tuvo el petróleo del Zulia y posteriormente también el del occidente en el desarrollo de Venezuela tiene que repetirse. Debemos regresar nuestra mirada al Zulia, al Oriente y a la Faja, con un impulso decidido y certero para que así como el progreso pasado de Venezuela se fundamentó en el Occidente, el del futuro se fundamente en Occidente, en el Oriente y en la Faja. Es la suerte que tenemos como nación, los hidrocarburos están presentes en gran escala a lo largo y ancho del país abriendo la oportunidad de un desarrollo paralelo e integral de toda la nación. Hay que ir a buscar ese crudo, producirlo y desarrollar todas las regiones, todo el país.
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El Camino a seguir
La historia, con sus aciertos y sus desafueros, de aquel proceso sostenido de desarrollo que sacó al país del atraso, y las experiencias y causas por las cuales ese crecimiento sostenido fue interrumpido y revertido, es el gran bagaje que tenemos para pensar en un futuro mejor para nuestros hijos, aprendiendo de lo bueno y descartando lo malo.
La historia nos enseña que en Venezuela hay una relación clara y directa entre la inversión petrolera y la producción, con el crecimiento general de la economía y el bienestar social, cosa que no necesariamente ocurre con la sola renta donde, como hemos visto, a veces durante periodos de altos precios e ingresos por el contrario el país ha retrocedido. El enfoque al desarrollo está en la producción asociada a una participación integral del país supliendo los bienes y servicios necesarios.
El recurso lo tenemos y de sobra. El camino al desarrollo va por el aumento ambicioso de la producción mediante un plan continuo y sostenido que, de forma armónica y simultánea, eleve el ingreso fiscal para llevar adelante los programas sociales y de infraestructura que requiere la nación, tomando ventaja de las grandes inversiones y gastos que estos proyectos representan, para impulsar el desarrollo de empresas permanentes, afines al petroleo y no, que generen empleo y bienestar, siguiendo las enseñanzas de nuestra propia historia.
Sobre simplificando y en el entendido que el todo es uno, podríamos decir que la renta se oriente a lo más fundamental y la inversión petrolera y su gestión operativa impulsen el desarrollo.
Son muchos los planes de desarrollo e incremento de la producción que hemos visto en el pasado, algunos apuntando a llevar la producción a 5, 6 o más millones de barriles. Planes sustentados en los abundantes recursos del país, demasiado agresivos, a mi gusto, en sus tiempos de ejecución y muy ingenuos en lo que se requiere para llevarlos a cabo. Planes más focalizados en elevar la producción para producir renta, que en ser fuente y base de desarrollo verdadero. Buenas son las metas ambiciosas y realistas, como necesarias para dar el uso debido a nuestros recursos, sacar el mayor provecho del petróleo, con un impacto ambiental mínimo y en el menor tiempo posible; pero y solo si, generan, más que renta, un impulso al desarrollo, creando empleos verdaderamente productivos, creando industria, tecnología, salud, educación, obteniendo así para Venezuela la máxima utilidad.
Mi principal preocupación es que los planes no se ejecutan y menos en los tiempos previstos. A veces por temas financieros o de capacidad de ejecución. Los planes requieren de cuantiosos recursos técnicos, financieros y humanos que hoy compiten en el mercado internacional y por lo tanto, es necesario asegurar condiciones que dentro del margen de la ley, hagan atractiva y propicien la inversión, para que esos recursos fluyan hacia el país y los planes y proyectos puedan ser desarrollados según lo planificado. Estas condiciones deben diseñarse tomando en cuenta la diversidad de nuestro mapa petrolero, particularizadas a las características propias de cada zona y proyecto.
La promoción de nuevas empresas mixtas, públicas y privadas, focalizadas en áreas de características específicas que impulsen simultáneamente la producción y la actividad local, es un mecanismo previsto en la Ley que puede favorecer el desarrollo del plan. Proyectos de altos niveles de inversión o de requerimientos tecnológicos especiales, se prestan a este concepto con esquemas creativos de capitalización.
Dentro de este tema de empresas mixtas, en Venezuela existen muchos campos menores o maduros que, bajo condiciones adecuadas atraerían la participación de empresas venezolanas, contribuyendo a la producción nacional y llevando empleo y desarrollo a esas áreas; propiciando la inversión y el ahorro nacional en Venezuela.
Para un desarrollo armónico del país, así como en el pasado, se requiere aprovechar el desarrollo petrolero para que en forma paralela se fortalezcan, crezcan y se creen nuevas empresas privadas en el país, dentro de un esfuerzo conjunto del Estado, PDVSA y el sector privado. No es concebible pensar que la sola renta petrolera podrá satisfacer todas las necesidades del país y sus exigencias de mejoramiento continuo en el tiempo, por más recursos que tengamos. Se requieren empresas ligadas y no a la industria, que siembren en el país generando trabajo, bienes y servicios en forma permanente, fomentando la inversión nacional e internacional en Venezuela y conformando un verdadero desarrollo, amplio, sostenible y perdurable, de todos los sectores mucho más allá del que solo la renta petrolera podría soportar.
Hoy en día, como en el pasado, es importante y tema de estrategia nacional que nuestra industria petrolera cuente con una infraestructura de producción local de bienes y servicios autónoma, capaz de atender oportunamente las necesidades en el país, aprovechando las experiencias para desarrollar tecnologías y métodos a la medida de las necesidades.
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Los Próximos Cien Años
Todas las proyecciones sobre la demanda mundial de petróleo indican que esta continuará creciendo por lo menos hasta mediados del 2030 y que a partir de esa fecha se mantendrá más o menos estable por una gran cantidad de años. Dentro de este contexto podríamos argumentar que el mundo va a consumir más petróleo en los próximos cien años de lo que ha consumido en toda la historia, o algo así. Dentro de este contexto Venezuela, con sus recursos tiene una buena oportunidad de participar en ese mundo competido si lo hace bien.
A mí no me queda la menor duda que la recuperación y el desarrollo de Venezuela pasan indiscutiblemente por el petróleo.
La capacidad de la actividad petrolera de recuperar e impulsar el desarrollo social e industrial, como vivimos en el pasado, es fenomenal. Los requerimientos e inversiones en bienes y servicios permiten la conformación de conglomerados que rápidamente derivan a servir y propiciar el crecimiento y desarrollo de otras industrias y servicios. Exigir dentro de los acuerdos y planes de proyectos una participación verdadera de lo nacional es imprescindible para lograr ese desarrollo múltiple y armónico del país, un desarrollo que verdaderamente llegue a todos. La Cámara Petrolera, las empresas y los empresarios venezolanos deben tener un rol protagónico en el plan si se aspira sembrar sus beneficios en la nación y no que ese empleo y desarrollo ocurra fuera de nuestras fronteras. La historia también nos ha mostrado que cuando la participación de empresas venezolanas es real en los proyectos, su efecto multiplicador dentro del país ha sido inmenso.
Abrir con amplitud la oportunidad a lo nacional, como en el pasado, despertará nuevamente ese espíritu emprendedor del venezolano, independientemente de su procedencia, propiciando y dando ocasión a que se creen pequeñas, medianas y grandes industrias y que estas crezcan y se consoliden en un tejido diverso de múltiples oportunidades y trabajo para el país.
Concluyo repitiendo que es necesario retomar la historia petrolera: en el Zulia, en Oriente, en la Faja y en toda Venezuela. Hay que ponerse metas y objetivos claros, con una visión decidida de desarrollo integral, sostenible y armónico. Hay que producir más, petróleo, bienes y servicios, para que haya más que distribuir, en un esfuerzo donde la renta y el desarrollo se conjuguen en la creación de oportunidades que se conviertan en fuentes de empleo e ingreso permanente, afines y no a la industria.
Nuestro mejor bagaje, nuestra historia.
Nuestro futuro, el de nuestros hijos.
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A los 40 años de la Cámara – Aprender de la historia – VENEZUELA Y SUS RIQUEZAS
Marcelo Laprea-Bigott, Ph.D.
Profesor. Texas A&M University
“La historia… testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, testigo de la antigüedad.” Cicerón, Escritor, orador y político romano (106 AC-43 AC).
Desde etapas previas a la época influenciada por la Revolución Francesa se venían generando ideas independentistas en América, las cuales llegan a su punto de ebullición con la invasión de Napoleón a España. Los movimientos sociales y culturales llevaron a la gesta militar libertadora liderizada por el padre de la Patria a la fundación de la Gran Colombia, sueño realizado, pero de poca duración dados los intereses económicos y políticos de sectores dominantes. Las características sociales de revolución, dictaduras y guerras civiles se repiten durante casi dos siglos vaciando las arcas y empobreciendo la población de nuestra Patria. El descubrimiento de un gran potencial de riquezas hidrocarburiferas en cantidades de interés comercial marcan el hito cambiante del país rural suramericano a un país exportador con resonancia internacional, pero con un mínimo impacto en la calidad de vida del venezolano. Las actividades económicas tradicionales de la agricultura y la ganadería fueron desplazadas en forma casi exclusiva por la industria extractiva del petróleo y los ciclos políticos de diferentes dictaduras siguieron siendo el factor determinante.
Podríamos decir que la economía y la política han sido cíclicas en nuestra Venezuela y la historia no solo se repite, sino más bien parece mágica y adivina y nos establece ciclos aproximados de veinte a cuarenta años donde la sociedad trata de reorganizarse en el caos establecido. En 1908 comienza uno de esos nuevos ciclos. El ciclo del General Juan Vicente Gomez, donde la explotación petrolera contribuye a una relativa modernización, pero sin alcanzar ningún impacto en el aumento de la producción de rubros de consumo diario, sino al contrario, mayores diferencias sociales, aumento de la marginalidad y pobreza…y como sabemos… “La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia.” Frase célebre de Charles Darwing.
En todos estos años transcurridos desde el Zumaque, hemos tenido excelentes narrativas y documentos escritos por notables donde se han plasmado las consecuencias y efectos positivos o negativos de ser un país mono exportador con una industria petrolera a veces criticada o en oportunidades reconocida en función de resultados con indicadores de excelencia a nivel mundial. En conclusión, se han analizado y documentado con amplitud literaria y estricta sublimidad científica los impactos económicos, culturales, políticos y sociales de esta realidad vivida y dentro de uno de esos ciclos y quizás uno de los más importantes establecido con la nacionalización de la industria, la Cámara Petrolera de Venezuela es fundada. El año 1978 es testigo de cómo se alcanzan metas, cómo se plasma una idea, cómo se materializa una visión, cuando gracias a atributos de liderazgo y creatividad permanente, se unen esfuerzos y gracias a ello es que hoy celebramos sus cuarenta años y recordamos con aprecio sincero, los esfuerzos de su gran promotor y primer presidente, Humberto Peñaloza quien en compañía de destacados técnicos petroleros, entre ellos Carlos Alcántara y empresarios con gran visión de futuro toman esta gran iniciativa para concretar oportunidades de crecimiento orgánico. Uno de los objetivos iniciales era apoyar el crecimiento de las iniciativas de inversión privada y los negocios relacionados con la industria, motivando la participación nacional en los aspectos de servicios, manufactura, ingeniería, procura y construcción y en el apoyo con el desarrollo de tecnología y consultoría.
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Entre los objetivos de la Cámara, uno de los más destacados y necesarios en este ciclo histórico actual, es indudable que el educar y apoyar a las empresas afiliadas para desarrollar y promover sus bienes y servicios y generar un marcado crecimiento endógeno se hacen prioritarios. De igual manera, con el fin de apoyar a nuestros afiliados en esa continua búsqueda de la excelencia, el trabajo constante con los diferentes actores y organizaciones debe enfocarse en eventos educativos y promocionales que permitan alinear intereses y materializar oportunidades de capacitación y de crecimiento de los servicios con calidad y competitividad calificados a nivel internacional. En esta economía global del siglo XXI, el conocimiento y las innovaciones tecnológicas son factores fundamentales para generar talento y superar etapas de crisis.
Nuestros ingentes recursos naturales serán riquezas solo si logramos desarrollar y fomentar nuestro más valioso recurso – el talento humano. Es el desarrollo de la inteligencia, el educar las mentes de nuestra gente dentro de un ambiente de estímulo a la creatividad y con un marco regulatorio que estimule iniciativas de generación de conocimiento e innovación, lo que en mi opinión se convertiría en progreso.
En nuestros últimos ciclos históricos y en particular, en los establecidos en 1958 y 1998, han existido iniciativas de impacto generacional donde el fomento de organizaciones públicas y privadas han sido orientados y dedicados a canalizar el conocimiento para disminuir el analfabetismo y las diferencias en los niveles de desigualdad social y en consecuencia aumentar la calidad de vida ciudadana. Hay que reconocer que algunos impactos positivos han sido importantes en épocas de abundancia, pero siempre limitados a las variaciones también cíclicas del precio de nuestro principal producto de exportación y a las consecuencias negativas generadas por la falta de diversificación de las inversiones nacionales e internacionales y a las diferencias de criterio en aspectos de gobernabilidad y participación, los cuales obligan a buscar alternativas organizacionales que den respuesta a las necesidades vigentes y a una independencia efectiva con reconocimiento y peso internacional basada en la valoración de los principios éticos de integridad, honestidad y respeto a la dignidad humana.
La realidad económica y social obligan entonces a unir esfuerzos de todos los actores para con una gestión de todos, lograr apoyo con alianzas que beneficien el ganar-ganar, con músculo en base a la inversión privada y pública en gente creativa, donde el ambiente sea propicio a la innovación y a la consolidación de una sociedad solidaria y participativa. Las reservas naturales se harán riquezas solo si cultivamos la búsqueda continua de la creatividad y es con mentes innovadoras que acepten los desafíos de estas realidades cíclicas y cambiantes, con estímulos permanentes a la investigación y al desarrollo de tecnología que lograremos ese objetivo.
La Cámara Petrolera tiene un lugar y un prestigio en nuestra dinámica social y empresarial y debemos continuar aprovechando las oportunidades y aprender de los ciclos históricos, donde solo con el fomento de la formación y la atracción de talentos que participen con entusiasmo en la producción de conocimiento, con intercambio permanente en un entorno global de tolerancia, unión y de incentivos a la excelencia, es que lograremos la verdadera integración e independencia. Esto se traducirá en el beneficio de nuestras generaciones futuras que sentirán admiración y respeto por haber aprovechado las crisis y haber hecho un manejo probo de nuestros recursos para convertirlos en riquezas.
. . .“Una cosa es continuar la historia y otra repetirla”. . .
Jacinto Benavente. Dramaturgo español (1866-1954)
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40 años en 40 imágenes
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40 años en 40 imágenes
Delegación de la Cámara Petrolera de Venezuela representando al sector privado venezolano en la Offshore Technology Conference
(2018)
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