Cámara Petrolera de Venezuela,
45 años haciendo historia petrolera

Desde su fundación el 24 de mayo de 1978, la CPV ha sido una institución que representa, defiende y promueve los intereses de sus afiliados, tanto nacionales como extranjeros, quienes se dedican a las actividades de suministro de bienes y servicios relacionadas con la cadena de valor para el desarrollo y mantenimiento de la extensa infraestructura petrolera, gasífera y petroquímica en Venezuela.

Hoy más que nunca, la CPV reafirma su misión de ser una organización gremial sólida, representativa y capaz, que busca el fortalecimiento del sector petrolero como motor de desarrollo nacional. Para ello, trabaja en estrecha colaboración con el estado venezolano, las empresas públicas y privadas, centros de formación e investigación y las organizaciones de la sociedad civil.

En este año tan especial, expresamos nuestro agradecimiento a todos nuestros afiliados, aliados, colaboradores y compañeros de trabajo, por su confianza y apoyo. También queremos invitarlos a seguir trabajando juntos por el futuro del sector de los hidrocarburos del país, enfocados en profundizar nuestra participación nacional con pleno compromiso y dedicación.

Estamos convencidos de que Venezuela tiene un enorme potencial energético que debemos aprovechar con inteligencia, innovación e inclusión. Por eso, desde la CPV seguiremos impulsando iniciativas que contribuyan a impulsar nuevos modelos de negocios, generar inversiones y valor agregado, incorporación de tecnología sostenible, creando oportunidades para todos.

La Cámara Petrolera de Venezuela cumple 45 años con la misma pasión y vocación de servicio que el primer día. Seguiremos siendo el interlocutor válido y una referencia nacional del sector petrolero venezolano. Nos mantendremos siendo un aliado estratégico para el desarrollo energético de Venezuela.

Las concesionarias debieron de trasladar a sus ingenieros, geólogos, y también motivar a sus contratistas de diferentes especialidades como perforación, oleoductos, tanques, estaciones de flujo y otros, a acompañarlos a Venezuela. Las transnacionales con visión del relevo promovieron en Universidades la creación de facultades de Ingeniería de Petróleo para, desde ese semillero, elegir y emplear sus egresados y luego progresivamente completar su formación internacionalmente y así sustituir los costosos expatriados. Paralelamente invitaron a empresas venezolanas para pequeños contratos de obras y servicios que fueron creciendo y con los años desplazando también a los contratistas internacionales, con menos costos. Con el transcurso del tiempo alguna que otra de estas concesiones comenzaron a declinar y se convirtieron en campos marginales que fueron revertidos al Estado.

El Ingeniero Petrolero, Humberto Peñaloza, con un puñado de empresarios obtuvo, la concesión de uno de estos campos y lanzó al mercado a Petrolera Mito Juan C.A., la empresa petrolera venezolana de capital privado, fundada el 26 de noviembre de 1965. Como iniciativa empresarial Mito Juan fue totalmente innovadora en el negocio petrolero en Venezuela, pues dio cabida a cualquier inversionista que pudiera pagar el precio de una acción que originalmente fue de 10 Bolívares equivalentes a $ 2.30 de la época. Este nombre, Mito Juan, además de ser el nombre del yacimiento coincidía con un simbolismo que aún permanece. Que cualquier ciudadano humilde podía ser dueño efectivo de la riqueza petrolera, una riqueza que hasta entonces el venezolano común la asociaba con los extranjeros y los poderosos. Como tal, fue una empresa de capital abierto, figura aún existente en el derecho mercantil venezolano, lo cual amplió su base de accionistas hasta sobrepasar los 1.000 socios, muchos de ellos trabajadores de la propia empresa. Mito Juan cesó operaciones el 31 de diciembre de 1975 con motivo de la estatización de la industria petrolera en Venezuela.

Lamentablemente esta iniciativa ÚNICA en la historia petrolera criolla fue terminada al ser estatizada, por igual, a las grandes transnacionales como Shell, Creole, Texaco o Chevron. Para ese entonces, la nación recibía 50% de la totalidad de las ganancias sin tener que invertir. El 01 de Enero de 1976 nació PDVSA que, además de pagar y recibir los activos, heredó al personal criollo formado y el plantel de contratistas que existía para apoyar a la Industria Petrolera.
Dos años y medio después, en Julio de 1978, promovida por el mismo Humberto Peñaloza, y respaldado por un grupo importante empresarial, fue fundada la Cámara Petrolera, que agrupa a empresas de ingeniería, servicios a pozos, contratistas y suplidores petroleros que llegaron a triplicar el número de empleos de PDVSA.

La Cámara Petrolera desde su creación planteó la participación nacional en obras y servicios, en las que aún existía presencia internacional, así como el regreso a la participación privada en los campos petrolíferos marginales que se mantenían inactivos y abandonados. El aumento en obras y servicios fue lográndose con la especialización criolla y con apoyo de Intevep. La participación en campos marginales se logró en 1992 al ser incluidos en la apertura petrolera, donde manifestaron interés y concursaron 58 compañías de 14 diferentes países dentro de las cuales 15 eran empresas privadas 100 % venezolanas. Los pocos operadores criollos comenzaron a levantar producción y buscar a colocar sus barriles, pero con una nueva Ley se repitió el error de estatizar lo nacional, al igual que los intereses internacionales, tal como en 1976 reservando la mayoría y control a favor de la empresa estatal PDVSA. Y luego, los servicios petroleros del Lago de Maracaibo fueron reservados al Estado.

El país requiere una amplia política petrolera que permita no sólo la exclusiva participación pública, sino también la privada nacional e internacional.

Felicitaciones a la Cámara Petrolera por sus 45 años de defensa a la inclusión y aumento de la actividad petrolera privada criolla.

A pesar de que aún no se ha hecho una evaluación seria de los resultados de su aplicación, estos registran aspectos positivos y negativos, destacándose el refuerzo y desarrollo de la estructura productiva nacional, en muchos casos con bases artificiales y poco realista, y la pérdida de la capacidad competitiva de los productos venezolanos con limitadas excepciones en el mercado internacional. El proteccionismo desmedido, por otra parte, ha contribuido al incremento de los precios y a la disminución de la calidad de los bienes nacionales.

La crisis nacional, agravada por una situación mundial cambiante, por un panorama político complejo y por la indefinición de estrategias a mediano y largo plazo, forzaron a un cambio de rumbo que se tradujo aceleradamente en las nuevas políticas de fronteras abiertas, en las cuales el éxito depende fundamentalmente de la capacidad de competir exitosamente con productividad y calidad, en los mercados nacionales e internacionales.

Esta situación ha derogado informalmente la validez del Decreto «Compre Venezolano» en muchos de sus aspectos básicos, y si bien el conflicto del Medio Oriente ha producido ingresos que permitieron paliar temporalmente algunas de las consecuencias del viraje, no se puede dudar de la necesidad y conveniencia del nuevo rumbo, ni de cerrar los ojos a las consecuencias del brusco y poco planificado cambio que han sufrido las políticas de desarrollo del país.

La nueva situación ha impactado seriamente al sector privado de bienes y servicios, en el cual muy pocas empresas han tomado plena conciencia de la nueva realidad y de la necesidad de efectuar cambios profundos en sus estructuras y formas de operación. Por ello se explica que los programas de reconversión y gestión de calidad no hayan logrado la receptividad que la situación parecería justificar. Por otra parte, se registró el desplazamiento en muchos rubros de consumo del bien nacional, y se observa la tendencia al incremento de las importaciones y al cambio en la actividad, desde la producción a la importación.
En cuanto a la industria petrolera venezolana, se han acentuado las compras foráneas registrándose disminuciones del valor agregado nacional en los megaproyectos más recientes de las empresas mixtas. También se debe reconocer que PDVSA está haciendo esfuerzos importantes para promover la reconversión de varias empresas manufactureras del sector petrolero.

En esta última área es importante considerar que, con la solución del conflicto del Medio Oriente, la disponibilidad por parte de los suplidores internacionales de los bienes y servicios requeridos para los planes nacionales de expansión, puede quedar altamente restringidas por las exigencias que impondrá la reconstrucción de las instalaciones petroleras e industriales de Kuwait, Irak y Arabia Saudita, así como por los eventuales desarrollos de la industria petrolera en la Unión Soviética. Esta circunstancia pudiera ser muy favorable para la consolidación de la producción nacional de bienes y servicios y sustenta la idea de reforzar su desarrollo.

Todo lo anterior indica la conveniencia de la redefinición del «Compre Venezolano«, con nuevos conceptos y con una estrategia clara que permita la obtención de los objetivos iniciales, pero en un marco de gradualidad y selectividad que incentive la producción nacional de bienes y servicios prioritariamente en aquellas áreas en las cuales, bien por razones estratégicas o por la existencia de ventajas comparativas, los bienes y servicios nacionales puedan competir con los foráneos.

Llevamos décadas financiando el desarrollo de los países industrializados al venderle el petróleo barato y comprarles productos terminados muchísimo más caros. Lo que para los países desarrollados ha significado un crecimiento sostenido, niveles de empleo adecuados, mejor calidad de vida, mayores ganancias y bienestar general, para nosotros ha representado empobrecimiento. El subdesarrollo se ha convertido en un freno a todo progreso. ¿Y de quién es la culpa? Sólo nuestra.

El petróleo se ha convertido en una bendición mayor para quienes lo han sabido aprovechar, tanto en la producción de energía como en el procesamiento de sus derivados, dando origen a millares de productos, los cuales regresan a nuestro país a precios muy superiores. Si nuestro petróleo ha generado mayores ingresos para los países desarrollados, ¿por qué no genera suficientes ingresos para cubrir nuestras necesidades? Sin duda, el petróleo no es la causa. El petróleo sigue siendo, una bendición del cielo que pocos países han disfrutado en el mundo. Es incomprensible la razón que mueve a algunos políticos a referirse al petróleo en forma peyorativa como “el excremento del diablo”, tratándolo como si fuera una calamidad y dándole una connotación negativa a una expresión pueril de nuestros indios. Se quiere impresionar asegurando que la economía debe liberarse de la dependencia de un solo producto y se le achaca al petróleo la causa de nuestros problemas. ¿Cómo puede ser negativo para nosotros lo que ha traído tantos beneficios a otros? El problema de nuevo no está en el petróleo. El petróleo es una bendición que nos ha proporcionado una riqueza, la cual no hemos sabido invertir en provecho de todos. Tampoco hemos podido decidir su mejor aprovechamiento para obtener mayor riqueza.

Vamos a tener que dejar de vanagloriarnos de la nacionalización de los hidrocarburos si ésta no se profundiza o se eleva mediante la participación de todos los venezolanos en el proceso de industrialización interna cuyo efecto multiplicador será la respuesta a la diversificación de nuestra economía. Una diversificación generada por el buen aprovechamiento de nuestro recurso natural por excelencia: el petróleo.

El tiempo está en contra. La espera ha sido demasiado larga y la decisión no se produce. La angustia, la desconfianza y la indiferencia han abatido a muchos. Por eso, quienes vieron peligrar sus capitales los sacaron a puertos más seguros. Pero esos capitales fugados al exterior pudieran regresar, una vez que se ofrezcan reglas de juego claras y oportunidades de inversión confiables y rentables. Esas oportunidades las ofrece el petróleo si se decide ya su transformación.

Algunos proyectos que han sido estudiados por las operadoras de PDVSA, tienen una rentabilidad altísima. Ingresos garantizados en dinero duro por ser productos mayoritariamente de exportación y grandes mercados seguros. Sólo hace falta que estas oportunidades se abran a nuestros inversionistas privados para que produzca el regreso de grandes sumas de dinero colocadas en el exterior. Hay que permitir la inversión privada en el sector que más confianza genera en nuestros inversionistas, cuya producción aumentará las exportaciones de productos con un alto valor agregado y, consecuentemente, la generación de divisas que permitirían balancear nuestro presupuesto en el menor plazo.

¿Qué pasa Venezuela?
¿Qué estamos esperando?

La Política Energética Coherente de la Cámara Petrolera de Venezuela abarca, entre otros temas, el régimen fiscal venezolano, el marco legal, estrategias de exploración, producción/refinación y la planificación del mercado interno e internacional. Como es lógico, recalcamos la futura relación del sector petrolero privado con el sector estatal dentro de este entorno cambiante. Durante la década del 80, nuestro sector contaba con reglas de juego claras y políticas bien definidas enmarcadas dentro de una filosofía proteccionista. Con la apertura económica mundial, es evidente y necesario definir nuevas reglas de juego, políticas y líneas de acción, en sintonía con las circunstancias de los tiempos presentes. Nuestro objetivo aspira reforzar los efectos sinergéticos entre la IPPCN y el sector petrolero privado a fin de que nuestro complejo productor de bienes y servicios pueda seguir consolidándose cada vez más.

La Cámara Petrolera, en su afán de contribuir a la búsqueda de un nuevo acuerdo nacional, presenta en su reporte algunas sugerencias de este compromiso hacia el futuro. Aunque los objetivos de una economía abierta son laudables, es evidente que su aplicación debe ser hecha de una manera razonable y paulatina a fin de permitir que la infraestructura nacional pueda adaptarse a este entorno. Se deben evitar efectos traumáticos que puedan causar la desaparición de un sector de apoyo importante perdiendo así gran parte de los esfuerzos, sacrificios y costos incurridos durante la década de los 80 para crear los bienes y servicios nacionales. Como base para el nuevo compromiso destacamos:

1. Un programa conjunto de elevación de la calidad y productividad de las empresas del sector.
2. Sistemas de contratación que aseguren el acceso a los entes nacionales.
3. Desarrollo de mecanismos de protección contra la competencia desleal.
4. Acciones conjuntas para la preparación de personal.
5. Promoción de exportaciones.

Estas medidas que aparecen en nuestro reporte «Una Política Energética Coherente» no son limitativas sino sirven para ilustrar algunos de los pasos que sentimos se deben iniciar en conjunto con la IPPCN para trabajar aliados con un objetivo común: una industria petrolera fortalecida internacionalmente y capaz de ayudar en la solución de la crítica situación nacional que confronta el país.

Al concluir, queremos hacerle llegar a todos nuestros afiliados nuestro mensaje de optimismo a pesar de la crítica situación que atraviesa nuestro sector. La Cámara Petrolera está trabajando de manera mancomunada con la IPPCN para buscar soluciones que amortigüen la baja actividad que han causado recortes traumáticos en muchas de las empresas que representamos. Estamos seguros que esta es una crisis coyuntural que superaremos prontamente al darse cuenta el Congreso y el Ejecutivo que la carga fiscal que confronta la industria no permite un desarrollo normal de las actividades petroleras y el mantenimiento de niveles de producción aceptables para, así, asegurar el bienestar futuro de nuestro país.

Se evidencia que estamos iniciando una etapa muy importante para el sector privado nacional en el negocio petrolero.

En este período hemos vivido una gran diversidad de acontecimientos que han impactado severamente a la industria petrolera venezolana. En el orden externo sufrimos la brusca caída de los precios petroleros a lo largo de 1998, la cual se prolongó hasta febrero de 1999 cuando el precio de la cesta venezolana se cotizó a US $ 7.50, su mínimo histórico en términos reales en los últimos 30 años. Luego vino un aumento sostenido, producto de las decisiones de recorte de producción de la OPEP, que en apenas un año colocó el precio de esta misma cesta en US$ 26.5, casi cuatro veces el valor de febrero de 1999.

En lo interno, vimos la llegada de un nuevo gobierno con redefinición de políticas y de roles en el sector, y los sucesivos cambios en la alta gerencia de PDVSA, con tres presidentes en menos de un año.

Adicionalmente, se produjo una reducción drástica en las inversiones y gastos de mantenimiento de PDVSA a lo largo de todo el período, lo cual trajo consigo una disminución considerable en la compra de bienes y servicios y condujo a una severa contracción a las empresas del sector que tenían en PDVSA su mayor cliente. En contraste, las enormes inversiones realizadas por las empresas operadoras privadas, que en los últimos dos años han superado los 6 mil millones de dólares americanos, amortiguaron parcialmente la caída en la demanda, ofreciendo nuevas oportunidades para algunas empresas nacionales.

Sin embargo, la enorme conflictividad laboral experimentada en el período por la brusca caída del empleo en el país, con paralizaciones frecuentes de la actividad en las zonas petroleras, los altos costos de la contratación colectiva, la sobrevaluación del bolívar, la discriminación arancelaria y las altas tasas de interés, generaron condiciones que mermaron la capacidad de competir de la oferta nacional en relación con los suministros extranjeros.

Si a todo lo anterior sumamos los sucesivos cambios políticos y procesos electorales que han sumido al país en un ambiente de alta incertidumbre, podemos decir que este período ha sido sin duda, uno de los más tumultuosos experimentado por el grupo de empresas afiliadas a la Cámara Petrolera.

En este contexto, las acciones de la Junta Directiva han estado orientadas en todo momento a mitigar, en lo posible, los efectos adversos que han tenido sobre todo el sector las fluctuaciones y cambios que se han producido en estos dos años en la actividad petrolera. Concurrentemente hemos actuado con sentido de futuro, apostando a una recuperación de la industria y a un resurgimiento de la actividad del sector privado, actuando no sólo en su carácter tradicional de proveedor de bienes y servicios, sino asumiendo un nuevo rol como participante activo en el negocio de petróleo y gas.

Para afirmar el rol de proveedor, se han hecho progresos considerables en el establecimiento de reglas y acuerdos para maximizar la compra de bienes y servicios nacionales por parte de PDVSA y las operadoras privadas que participan en la apertura petrolera. Con la primera se ha adelantado en la determinación sistemática y detallada de la información de la demanda que se deriva de los programas de inversión y operación de la industria, incluida la referente a los convenios operativos. Adicionalmente se ha trabajado conjuntamente con PDVSA, el Ministerio de Energía y Minas y el de Producción y Comercio para fijar las pautas que deben regir las compras de bienes y las contrataciones de servicios con miras a incrementar progresivamente la participación de la oferta nacional. El instructivo enviado por el MEM a PDVSA a fines del año pasado, y la nueva ley de licitaciones y sus reglamentos recientemente aprobados, son la base para alcanzar este objetivo. En relación con las operadoras privadas, se logró un acuerdo formal, en el cual se fijan los términos y los compromisos de estas empresas para facilitar el acceso de la oferta nacional a sus procesos de compras, bajo condiciones de equidad con la equivalente extranjera. Los comités de seguimiento en el marco de la Alianza Empresarial Petrolera, que congrega a PDVSA y a todas las Cámaras vinculadas a la industria de los hidrocarburos, y donde participa también un representante del Comité Petrolero Internacional de Venamcham, que afilia a las operadoras privadas, se encargan de evaluar los progresos alcanzados en este sentido.

El tema laboral ha sido otro aspecto al cual la Cámara le ha prestado consideración especial. El objetivo último que ha venido persiguiendo el sector privado, es el de desvincularlo del contrato colectivo petrolero de PDVSA, que impone condiciones muy onerosas a las empresas contratistas y reduce la competitividad de todo el sector, al encarecer sustancialmente las inversiones y el costo de operación de la industria petrolera en su conjunto. Para ello se han hecho múltiples gestiones ante todos los actores involucrados, incluyendo una petición a la Comisión Legislativa Nacional para la modificación de cinco artículos de la Ley del Trabajo que restringen la actuación del sector privado como patrono independiente de los entes contratantes, e impide el logro de una mayor productividad en las empresas.

El otro gran objetivo al cual la Cámara Petrolera ha dedicado gran esfuerzo y energía está relacionado con la apertura de nuevos espacios de actuación al sector privado nacional en su rol de inversionista operador en todos los ámbitos de la industria petrolera y del gas. Se trata de hacer efectiva la aspiración de poder contar con empresarios petroleros venezolanos que puedan progresivamente crecer y desarrollarse en el marco de la mayor y más internacional industria de nuestro sector productivo.

Este objetivo está respaldado por la nueva orientación expresada por el Ministerio de Energía y Minas de fomentar la formación de capital nacional y la cual tiene expresión concreta en las nuevas leyes de gas, de energía eléctrica y de minas. Falta solamente concretarlo en la nueva Ley de Hidrocarburos Líquidos que abarque el petróleo y sus derivados.

No se trata de establecer exclusiones al capital estatal ni al internacional. De lo que se trata es de aprovechar las ventajas comparativas que tenemos como país para incorporar en un rol activo y de largo plazo al empresariado nacional para que, conjuntamente con el Estado y los inversionistas extranjeros, contribuya al desarrollo y la creación de riqueza nacional.

En este sentido, se ha presentado a la consideración del Ministerio de Energía y Minas una propuesta para la formación de operadores venezolanos de petróleo y gas. Así mismo se promueven activamente nuevas oportunidades para grupos empresariales nacionales interesados en participar en todas las actividades aguas abajo de la industria, incluidas el transporte, la distribución y la comercialización del gas y de los productos de refinación.

Paralelamente, se han venido abriendo oportunidades para la operación y mantenimiento de instalaciones de producción petrolera en calidad de outsourcing. Ya existen varias empresas prestando este servicio, no sólo a PDVSA sino también a algunas operadoras privadas. Es ésta una manera efectiva de iniciarse en las complejidades operativas de campos petroleros, para luego poder asumir una responsabilidad integral cuando se concrete la asignación de áreas a operadores venezolanos.

De lo anterior se evidencia que estamos iniciando una etapa muy importante para el sector privado nacional en el negocio petrolero. En su carácter de proveedor de bienes y servicios y, además, actuando como inversionista y empresario petrolero y de gas, está llamado a cumplir un rol de primerísimo orden en el desarrollo de la industria de hidrocarburos venezolana, la cual, con su enorme base de recursos, puede seguir siendo una de las más importantes del mundo, en un período de crecimiento sostenido de la demanda mundial.

Es indispensable entonces, contar con el concurso de todos los empresarios venezolanos para aprovechar esta magnífica oportunidad que se abre por primera vez en los últimos 25 años, y así contribuir de forma amplia y decidida en el desarrollo petrolero del país.

La Cámara ha sido un baluarte en sus gestiones para buscar y lograr espacios donde se pueda insertar al sector petrolero privado en el desarrollo de la Industria Petrolera. La CPV sigue y seguirá ejerciendo la vocería y representación genuina del sector privado petrolero venezolano.

En abril de este año 2004 presentamos ante la Junta Directiva de PDVSA la “Visión Estratégica de la Cámara Petrolera 2004- 2008”. La presentación generó un diálogo muy constructivo que se prolongó por varias horas. ¿Qué aspiramos alcanzar para nuestro sector para el 2008?. Es preciso definir los objetivos y darle continuidad al desarrollo de estrategias para cumplir nuestra visión. En la CPV ambicionamos un sector privado venezolano de clase mundial. El desarrollo competitivo del sector privado implica la creación de puestos de trabajo productivos, el incremento en el aporte al PIB y el desarrollo tecnológico.

Queremos: 1) Un sector de bienes y servicios petroleros altamente competitivo en Latinoamérica. 2) Suplidor continuo del 75% de los bienes y servicios tradicionales del sector de hidrocarburos de Venezuela. 3) Capacidad instalada para suplir el 60% de la demanda de los proyectos Costa Afuera. 4) Consolidación de un tejido empresarial de grandes, medianas y pequeñas empresas con capacidad de exportación. 5) Consolidación de al menos 4 empresas Operadoras Venezolanas de exploración y producción con reconocimiento internacional. 6) Participación activa de empresas venezolanas en los desarrollos de industrialización de hidrocarburos. 7) El sector privado petrolero nacional tendrá un alto porcentaje del PIB y una significativa generación de empleos para el año 2008 de alta competitividad a nivel mundial.

Nuestro punto de partida es muy superior al de otros países cuando decidieron llevar a cabo el desarrollo de sus hidrocarburos cuando éstos fueron descubiertos. Ya tenemos una capacidad instalada y un conocimiento muy amplio del negocio. Para lograr nuestros objetivos debemos enfocar nuestros esfuerzos en las siguientes 4 áreas estratégicas de acción: 1) Políticas, Estrategias y Programas de Desarrollo. 2) Estabilidad y desarrollo de la Demanda. Estabilidad Macroeconómica. 3) Fortalecimiento de la estructura interna de la Cámara Petrolera de Venezuela. 4) Flexibilización del Mercado Laboral. Cada uno de ellos tiene objetivos y acciones a corto, mediano y largo plazo. Contamos con herramientas tales como la Comisión de Seguimiento de Participación Nacional y los lineamientos de carácter obligatorio para la participación nacional en los proyectos gasíferos, que debemos extenderlos a todas las fases del negocio.

En el área financiera ya contamos con el Fondo para el Desarrollo del Sector Privado. Es también necesario maximizar la diversidad de fuentes de financiamiento nacionales como internacionales (BANDES, FONCREI, BID, CAF, IFC, etc.). El fomento del mercado de capitales dentro y fuera de Venezuela (ie. ADR) complementaría la inversión nacional.

PDVSA cuenta con una Gerencia de Participación Nacional. Es necesaria la conformación de equipos de trabajo entre PDVSA y la CPV, con el apoyo de los Capítulos Regionales, consolidando una organización matricial por sectores y por regiones para interactuar y servir de enlace entre el sector privado y PDVSA.

Se debe consolidar y materializar el esfuerzo que hemos venido haciendo a lo largo de más de 2 años para promover alianzas y consorcios entre empresas venezolanas y extranjeras especializadas. Seguiremos promoviendo políticas públicas que flexibilicen la demanda y estimulen el contenido nacional, tal como lo hicimos en los artículos 5 y 18 de la Ley de Hidrocarburos. Propondremos el desarrollo de políticas que favorezcan el desarrollo de empresas a través de incentivos al incremento del Contenido Nacional en los diferentes proyectos.

En lo internacional, seguiremos apoyando las negociaciones con la OMC y el ALCA, defendiendo el área de servicios energéticos. Nuestras Embajadas deben servir junto con PDVSA y sus filiales internacionales como instrumentos para exportar nuestros bienes y servicios cada vez más competitivos. Podremos consolidar una red internacional de promoción de nuestros productos y servicios con la posible creación de Capítulos Internacionales en localizaciones de interés de mercado (Trinidad, Tulsa, Curazao, Houston, etc.). Es necesario que las filiales de PDVSA en el exterior (Citgo etc.) inviten a contratistas y suplidores venezolanos a sus licitaciones.

Los programas de Esfuerzo de Productividad Compartida (EPC) tendrán nuestro apoyo pues permitirán garantizar una demanda mínima para incrementar la eficiencia de nuestras empresas.

Consolidación de planes conjuntos de demanda con AVHI y PDVSA. Es esencial la información oportuna de los planes de desarrollo y de negocios de la industria petrolera, tanto de PDVSA como las operadoras privadas de la AVHI. Propondremos una Comisión conjunta entre PDVSA-AVHI-CPV para el desarrollo de acciones que materialicen un «Programa de desarrollo de la industria petrolera privada Venezolana».

La promoción de rondas licitatorias de bloques dentro del nuevo marco legal, tanto de gas como petróleo, en tierra y costa afuera, incluyendo una ronda para campos marginales para promover empresas venezolanas. En el campo laboral es necesario la identificación y cuantificación de las necesidades de mejoramiento laboral y la flexibilización del mercado laboral. La definición de una nueva Contratación Colectiva para el sector gas en base a la experiencia de contrataciones en las Actas Convenio firmadas en Licencias de gas. Cabe aquí mencionar la conformación de la Comisión Laboral Mixta CPV-PDVSA (SHA) que ha venido efectuando un buen trabajo. Otro aspecto importante es el Desarrollo de una Bolsa de Empleo que permitirá la incorporación del talento profesional y técnico acumulado por tantos años.

En esta edición transcribimos el discurso pronunciado por el embajador de Venezuela en los Estados Unidos, Bernardo Álvarez, ante el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado de los Estados Unidos, donde se expone la historia de Venezuela como proveedor de los Estados Unidos, la rápida recuperación de Venezuela en el 2003, los planes de Venezuela para el futuro y el papel de Venezuela en el Informe Energético Anual.

Se presentan el nuevo modelo eléctrico brasileño y la aguda crisis eléctrica de Argentina por falta de inversión en el área petrolífera y la escasez de agua. Otro artículo nos narra como pequeñas empresas entran en el negocio petrolero y este año el programa de sustitución selectiva de importaciones permitirá manufacturar en el país bienes por el orden de 50 millones de dólares. PDVSA se prepara para triplicar el esfuerzo propio entre el 2004 y 2009 apuntalando un plan de inversiones con una cartera de 26 ambiciosos proyectos.

Repsol nos reporta que Quiriquire y Mene Grande recibirán sus mayores inversiones este año mediante la perforación de 14 pozos. Conoco Phillips nos informa que iniciará el desarrollo de Corocoro. Shell escribe un artículo que ratifica que se mantienen en el Mariscal Sucre y el desarrollo del gas libre comenzará en campo Mejilones con un total de inversiones de 2.700 millones de dólares. Chevron-Texaco señala que el proyecto Hamaca está terminando en 86% y que apuestan al éxito en la Plataforma Deltana. Statoil informa que para este año la empresa noruega tiene previsto perforar dos pozos exploratorios en el Bloque 4 de la Plataforma Deltana. El primero de ellos será el más profundo y el más complejo que se haya perforado en aguas venezolanas hasta la fecha. Petrobras, por su parte indica que invertirá $1.110 millones en nuestro país, constituyéndose en uno de los más importantes actores. Los anuncios de inversiones de PDVSA y las demás operadoras presentes en Venezuela nos permiten asegurar que nuestra visión 2008 será una realidad con el concurso de todos.

Para la fecha de esta edición estará por instalarse la Exhibición Latinoamericana en Maracaibo, donde además de las exposiciones tradicionales de las empresas suplidoras de bienes y servicios se realizarán por primera vez una serie de interesantes charlas técnicas que realzarán la importancia del evento. Para finales de Julio estaré dejando la Presidencia de la Cámara Petrolera, para darle paso a una nueva Junta Directiva compuesta por profesionales muy valiosos que asegurarán la continuidad de nuestros esfuerzos hacia esa visión de país que hemos llamado «Visión 2008».

Por ello este editorial resulta extenso, pero quise dejar plasmada la tarea que debe ser continuada por mis sucesores. Quiero agradecer a todos los directores y presidentes de los Capítulos Regionales, así como al personal de las sedes y a los asesores que me acompañaron en llevar los destinos de la Cámara, en forma colegiada, desde esos difíciles momentos de Abril del 2002, pasando por la crisis petrolera de Diciembre 2003, hasta finales de Julio 2004.

La satisfacción del deber cumplido, de haber mantenido la institucionalidad y el reconocimiento de la CPV como el interlocutor válido del sector privado petrolero, me llenan de orgullo. Creo que están sentadas las bases para un exitoso desarrollo de nuestro sector para bien de todos los venezolanos.

¿Cuál sería su mensaje sobre cómo abordar la transformación de la industria?, ¿Cómo podría contribuir la Cámara Petrolera en este sentido?, ¿Cuál sería el aporte del sector privado, representado en la Cámara Petrolera, para lograr esa meta?

La “transformación de la industria” es un proceso que abarca no solo sus instalaciones sino también sus mercados. Es necesario adecuarse a las exigencias del mercado en cuanto a los productos, al ambiente y a la política. Qué tenemos, qué se necesita y qué es recuperable. Es una recuperación que debe estar orientada al mundo que nos va a tocar servir, no al que servimos en el pasado, y al cuándo vamos a empezar a servirlo. Temas como el cambio climático, el desarrollo acelerado de energías limpias, la invasión de Ucrania, el replanteamiento del tema de la seguridad energética en los países desarrollados, sumados a una demanda creciente de bienes y servicios a nivel mundial, y el consecuente incremento de la demanda de energía primaria que vendrá, y que se extenderá por muchos años, abren y cierran oportunidades. Eso requiere concebir la transformación de la industria, no como un proceso de recuperación de lo que había, sino como una adecuación a las nuevas realidades.

Este es un proceso venezolano, nuestro, en el cual es mucho lo que le corresponde aportar a la Cámara. Podemos aportar nuestro conocimiento y experiencia para plantear y ejecutar proyectos, de los que yo llamo “mangos bajitos”, que permitan incrementar la producción barril por barril. Tenemos la experiencia, la capacidad y el deseo, lo hicimos durante mucho tiempo y ha sido la razón de ser de nuestras empresas. Estos proyectos existen, están identificados, y hay interés en nuestras empresas en acometerlos. Falta la forma, que también la podemos proponer, y la voluntad de que se hagan. En estos tiempos caracterizados por tanta desinformación, confusión y noticias falsas en lo que refiere al tema energético mundial, nos corresponde la tarea de informar, aclarar, comunicar y proponer los que en nuestra opinión deben ser los caminos a seguir. La Cámara es una vocera calificada por sus conocimientos, amplia experiencia y compromiso con el país. Debe ser escuchada por dos razones básicas: porque lo hicimos durante mucho tiempo y porque mejor que nadie lo podemos volver a hacer.

Por ejemplo, adelantándonos a un futuro muy próximo nos corresponde dar a conocer y aprovechar una rarísima oportunidad que otros países no han atendido, pero que atenderán, y es la producción de combustibles líquidos de bajo impacto ambiental (biodiesel y combustible para aviación -SAF: sustainable aviation fuels) que son los retos más difíciles para descarbonizar ya que requieren una integración de la industria de hidrocarburos vía hidrógeno azul y producción agrícola. Allí Venezuela tiene ventajas como su clima, agua, y suelos, frente a otros países petroleros.

¿Hay capacidad para esa transformación?

Hoy la capacidad de producción en el país es sombra de lo que fue. La capacidad instalada de nuestras instalaciones petroleras está muy disminuida y mucha no es recuperable por su estado de abandono. Su recuperación parcial será una tarea titánica, pero restablecer mercados abandonados desde años será probablemente una tarea formidable. Nuestras empresas no han escapado a esta realidad y su capacidad de ejecución ha disminuido, pero la experiencia existe y hay capacidad sobrada para atender los requerimientos de una industria con la dimensión de la que actualmente tenemos. En la medida en que esa industria crezca, nuestras empresas la acompañarán. Tampoco olvidemos que ante la falta de trabajo muchas empresas incursionaron en mercados de otros países. Han participado en la contienda internacional sin prebenda alguna y han estado involucradas en actividades de estudios, ingeniería, fabricación y construcción. Incluso han establecido centros de operación otros países. Esta capacidad está disponible y deseosa de aportar al país.

Hoy observamos un crecimiento importante de lo que se denomina las energías limpias y una gran oposición a los hidrocarburos, ¿Cree que realmente existirá la demanda que justifique la transformación de la industria venezolana?

Es necesario aclarar la incertidumbre de si en el futuro existirá una demanda de hidrocarburos que justifique esa transformación. En muchos gravita esta preocupación por la información falsa y mal intencionada que abunda sobre el tema. Si el caso fuese que la necesidad de hidrocarburos desaparecerá en el futuro próximo, ni siquiera valdría la pena hablar de ello. Pero si pensamos que esa demanda existirá, y yo pienso que sí, la pregunta es ¿qué tenemos que hacer, en lo técnico, financiero y político, para estar presentes?
Hoy la población del mundo es del orden de 8 mil millones de habitantes de los cuales la mitad vive en pobreza. Un 10 % de ese total, es decir 800 millones de personas, está en situación de pobreza extrema. Alrededor de mil millones de personas no tienen acceso a la electricidad y la falta de energía mantiene a la gente empobrecida, faltos de salud, educación y oportunidad. Mientras el mundo occidental que representa aproximadamente el 20% de la población, se focaliza en el tema ambiental, la reducción del consumo de energía y la transición a fuentes más limpias, existe otro mundo mucho más grande sumergido en situaciones de pobreza, cuya prioridad es otra. Solventar estos problemas es lo realmente importante y para lograrlo se requerirá de energía en abundancia. La experiencia de países que han superado situaciones de mucha pobreza como Singapur, Corea y China, muestra que la solución pasa por la creación de trabajo real y productivo que apuntale un crecimiento sostenido de las economías, con una mayor producción de bienes y servicios, conduciendo a una mejora sustancial en la calidad de vida de sus habitantes. Mientras se disponga de más bienes y servicios, mejor será la posibilidad de satisfacer las necesidades de un mayor número de personas. Desafortunadamente lo contrario es también cierto, y países que han tomado la senda de reducir su producción también han reducido la cantidad de bienes disponibles para distribuir, empobreciendo su población.
El crecimiento productivo pasa por un mayor consumo de energía y sus implicaciones medioambientales. En este sentido, la aritmética es sencilla: estamos hablando de varios miles de millones de personas que hoy consumen muy poco o nada de energía, pero cuyo consumo aumentará sustancialmente en la medida en que transiten el camino del desarrollo y de la reducción de la pobreza. Ante números de esta magnitud de poco sirven las reducciones en emisiones de las naciones ricas, si esas naciones ricas no asumen su responsabilidad para que el desarrollo del mundo pobre sea más limpio que el que ellas mismas tuvieron. La solución del tema ambiental pasa obligatoriamente por atender la pobreza. El Banco Mundial estima que para el 2050 la población mundial será de 9 mil 700 millones y que tendrá un crecimiento desacelerado, pero sostenido, hasta finales de siglo. En lo económico, los estudios de organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el mismo Banco Mundial, proyectan un crecimiento del producto territorial bruto global positivo en términos reales en el entorno de un 2% anual, aunado a un crecimiento esperado de la población inferior al 1%, lo que implica que la producción de bienes y servicios crecerá por encima del crecimiento poblacional con un incremento en términos reales del producto interno bruto per cápita global.
Se puede concluir que una mayor población con más poder adquisitivo promedio para el 2050 tendrá un impacto en la demanda de alimentos, recursos naturales y bienes y servicios de todo tipo. Ese crecimiento vendrá acompañado de un mayor consumo de energía, generando mayor presión sobre el medio ambiente. Las proyecciones del consumo de energía mundial de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), del Energy Information Administratrtion (EIA) de los Estados Unidos, de las que hacen las empresas petroleras y de la misma OPEP, coinciden en que el consumo de energía primaria va a seguir creciendo; y según la IEA en su reporte de junio, el consumo de petróleo a finales de esta década superará los 100 millones de barriles diarios. Para el año 2050 estiman que la demanda de petróleo estará entre 70 y 100 millones de barriles diarios con una proporción cada vez mayor del consumo global satisfecha por fuentes limpias.
Si tomamos la premisa de que el mundo va a requerir más energía, tendremos un consumo importante de petróleo por muchos años y que, ante la merma de los yacimientos en producción, se requerirá la incorporación de nuevo crudo al mercado, entonces podemos pensar en oportunidades para Venezuela. Probablemente nunca recuperemos los niveles de producción del pasado, y mucho menos los ingresos que permitan regresar al esquema rentista que no funcionó, pero sí puede ser parte de la base para apuntalar la recuperación del país.

¿Cómo se compagina lo que señala con la situación de pobreza en Venezuela?

Aunque nos duela aceptarlo, la situación de pobreza en Venezuela es gravísima. La encuesta ENCOVI de la UCAB del año pasado, arrojó un 81% de pobreza y 53% de pobreza extrema. Esto es triste, vergonzoso e inmerecido. Hemos pasado de ser por muchos años el país, con mayor ingreso per cápita de América Latina a ser el último; de ser la envidia de todos a provocar lástima. La causa principal es la destrucción de miles de fuentes de trabajo productivo, público y privado; básicamente estamos produciendo muy poco de casi nada y no alcanza, hecho demostrado por la migración de millones de venezolanos que han dejado su patria y buscan oportunidades para sustentar a sus familias más allá de nuestras fronteras. La vía para solventar esta situación es la restitución de fuentes de trabajo digno y productivo en todos los sectores que se traduzca en industria, agricultura, bienes y servicios para todos.
La posición de la Cámara Petrolera siempre ha sido que lo que puede hacerse en Venezuela debe hacerse en el país, generando empleo y desarrollo, propiciando la creación de empresas, industrias, talleres, etc., que sirvan a la industria petrolera y extiendan sus servicios hacia muchas otras áreas de actividad, restituyendo la dignidad del trabajo en nuestro sector y otros sectores productivos, aumentando el ingreso familiar y recuperando el camino del crecimiento. En el pasado los proyectos cotidianos de la industria los hacíamos regularmente en Venezuela, los venezolanos. Preocupa que con una situación tan crítica de pobreza, desempleo y crecimiento negativo, los trabajos, proyectos y equipos que perfectamente podemos hacer aquí, se otorguen a empresas extranjeras. El alto contenido nacional logrado en los últimos grandes proyectos que se hicieron en el país es una prueba inequívoca e irrefutable de lo que pueden aportar las empresas de la Cámara.

¿La producción de hidrocarburos choca con la barrera del cambio climático? Es un tema muy controversial.

No es que queramos que el mundo consuma más hidrocarburos, más bien deseamos tener un mundo más limpio, ver una reducción importante en las emisiones de CO2, frenar y revertir el proceso de calentamiento global. Solo que será más difícil y laborioso de lo que algunos piensan, sobre todo aquellos que creen en soluciones mágicas que resolverán el problema de la noche a la mañana; pero con trabajo, ciencia y tecnología se va a lograr como se logró en el pasado ante retos que también parecían insuperables. No olvidemos el libro The Population Bomb, de los años sesenta, y el informe The Limits to Growth, de los años setenta, que planteaban situaciones complejas. Tampoco olvidemos el llamado peak oil o incluso el agujero de la capa de ozono. Y un ejemplo reciente, la pandemia de COVID. Todos fueron problemas graves que parecían no tener solución y que se superaron.
Tenemos que aceptar que el mundo seguirá consumiendo combustibles fósiles por muchos años y que para el 80% de la humanidad, la lucha contra la pobreza, el tema de la salud y otros, son asuntos mucho más apremiantes que el ambiente. El tema es cómo “caminar otras rutas”, cómo hacer el consumo cada vez más limpio para acercarnos al verdadero objetivo que es la solución del problema del calentamiento global. Algunos en forma simplista dicen: “Stop oil today”, sin darse cuenta de que los hidrocarburos suplen el 78 % de la energía que requiere el mundo hoy en día. La solar y eólica, por ejemplo, solo cubren cerca del 5% de la demanda global actual. No solo es la energía con la que nos transportamos sino también con la que producimos y preservamos nuestros alimentos y medicinas, con la que cocinamos, con la que operan nuestras industrias, con la que atendemos a nuestros enfermos e iluminamos nuestras escuelas, nos entretenemos y mucho más.

¿Entonces las protestas en defensa del ambiente carecen de sentido?

Creo que la protesta ha hecho mucho bien porque ha traído conciencia sobre este problema, pero ha hecho mal al cerrarse a opciones. Al tomar una posición radical como lo es “Stop oil today”, las soluciones que nos aportan la ciencia y la tecnología no sólo no se promueven, sino que se atacan, dificultando el apoyo financiero, político y legislativo necesario. Considero que la protesta ambiental tiene que evolucionar del “no” al “cómo”, aportando y dirigiendo su fuerza hacia soluciones realistas, y presionar para la incorporación de soluciones tecnológicas existentes y viables que nos acerquen al objetivo lo más pronto posible.

Es inconcebible que para reducir emisiones se esté requiriendo disminuir la producción de alimentos en países como Irlanda, Holanda, Estados Unidos o Canadá, en un momento en el que el mundo está tan frágil y vive una crisis alimentaria. Crisis en que países desarrollados se observa en precios más altos, pero que en los más vulnerables se traduce en una aguda escasez, como nos ha demostrado el impacto que ha tenido la guerra de Ucrania en el suministro a los más pobres. El foco no puede estar en no producir alimentos, sino en producirlos minimizando las emisiones, aprovechando las tecnologías existentes y las que están en desarrollo.

El objetivo primordial es mantener el incremento de la temperatura global dentro de límites aceptables, preferiblemente por debajo de 1.5 grados con respecto a la temperatura previa a la era industrial. Hoy estamos en 1.2 o 1.3, de modo que la situación es grave. Es importante progresar simultáneamente en todos los frentes, mejorar la eficiencia del consumo en todas las actividades productivas, fomentar la incorporación acelerada de energías limpias, reducir las emisiones, capturar y secuestrar las que se produzcan, evitando que ingresen a la atmósfera y comenzar a reducir lo que está arriba, que de otra forma permanecería allí por miles de años.

Hoy en día hay tecnologías que por vía de captura pueden reducir las emisiones para cierto tipo de procesos en un 98% a 99%. Hablamos de la producción de hidrógeno azul con más de 99% de captura, con impactos positivos en muchos sectores. Por ejemplo, hoy en día en el transporte pesado terrestre y marítimo la fuente del 10% de las emisiones globales podría atacarse con combustibles líquidos producidos a partir de hidrógeno azul. Igualmente, la producción de fertilizantes limpios a partir de amonia limpia colaboraría para resolver el problema de emisiones producidas por el sector agrícola, otro 5% de las emisiones globales. Hay otras tecnologías, operativas o en desarrollo que permiten reducir las emisiones, la acción debe estar orientada a promover su uso y desarrollo mediante mecanismos e incentivos que aceleren su incorporación.

¿En Venezuela este cambio será más duro?

Sí y no. Por un lado, contamos con un recurso que es una especie de bendición, pero tenemos una tarea pendiente en el tema ambiental para aprovechar este recurso en el ámbito internacional. El Lago de Maracaibo ambientalmente es un desastre, tenemos lagunas y vertederos que no satisfacen los requerimientos mínimos y ocurren derrames con demasiada frecuencia. Venezuela es el cuarto país del mundo en venteo de gas, y en per cápita somos el país que más ventea, algo así como tres veces lo que ventea Irak per cápita que es el primero en el ranking de venteo total.

Si se quiere retomar mercados de primera para que inviertan en Venezuela, y compren nuestros productos, no se pueden ignorar los nuevos requerimientos que ha traído la temática ambiental. Es un mercado más exigente que se fija en cómo se produce y que cuando considera que la producción es sucia, no financia o simplemente no compra. Hay productores que anuncian como una ventaja competitiva que sus procesos de producción son limpios. Es necesario corregir los problemas ambientales para tener una imagen correcta y mejor cabida en el mercado mundial.

¿Usted considera que hay una oportunidad para la Cámara para liderizar en el país algún tipo de iniciativa en el área de la recuperación ambiental?

La recuperación ambiental es una necesidad para el país y una oportunidad para las empresas de la Cámara. Disponemos de la experiencia, el conocimiento, la tecnología y las ganas de contribuir a la solución de la contaminación acumulada y el venteo. Hay empresas que pueden trabajar, no sólo las especializadas en el tema ambiental, sino en el trabajo que viene después, en el desarrollo de los proyectos, en la fabricación de los equipos necesarios y construcción de obras y esta acción se puede iniciar inmediatamente sin necesidad de esperar a que se resuelva el tema de las sanciones.
La problemática ambiental está distribuida por todo el país. Debe resolverse situación por situación, sin buscar una sola solución grandiosa. Lo grandioso está cerca de lo imposible. Nadie conoce el Lago de Maracaibo como los propios zulianos y nadie conoce el Oriente del país como los orientales. El tema ambiental es un tema nuestro y a nosotros nos corresponde resolverlo en el país. La mayoría de los proyectos están identificados solo falta formalizarlos y ejecutarlos. Si hacemos un mosaico de proyectos en el Lago y comenzamos a ejecutarlos daríamos una clara señal de que Venezuela está comprometida en adecuar su producción a la de un país que implementa soluciones más limpias.
Además de iniciativas ambientales y de recuperación de la producción, pienso que hay un espacio para establecernos firmemente en el mercado de productos derivados de hidrocarburos producidos en forma limpia. Por ejemplo, aprovechar el gas de Paria para desarrollar un complejo para la producción de amoníaco, fertilizantes y otros petroquímicos azules supondría un uso mucho mejor de nuestro recurso que simplemente vender el gas a Trinidad sin la generación de ningún valor agregado para el país. Si bien hoy en día una idea como ésta es políticamente cuesta arriba, pienso que más pronto que tarde tendrá su oportunidad

¿Cómo avizora el futuro en el área de la energía?

Pienso que somos muy “cabezadura” para aceptar algunas realidades. El tema de la pobreza global es prioritario, si no es atacado con firmeza será difícil resolver los temas ambientales. Asimismo, la presión político social por la migración a países desarrollados de personas que de manera justa buscan un mejor futuro para sus familias, será inmanejable. El mundo continuará creciendo en población y en consumo, requiriendo grandes cantidades de energía y hay que reconocer que no es posible suprimir los hidrocarburos de un día para otro. Es fundamental continuar impulsando la producción y uso de energías limpias pero, simultáneamente, promoviendo e incorporando tecnologías que mejoren la eficiencia y reduzcan y capturen las emisiones.
Si bien ha habido un progreso importante, los Acuerdos de París no se van a cumplir a tiempo. No se ha logrado reducir el volumen de emisiones, más bien continúan creciendo todos los años. No se va a lograr reducir las emisiones a la mitad para el 2030 como estaba previsto, y no se va a lograr la meta de cero emisiones en el 2050. Algunos países sí lo lograrán, pero no creo que a nivel mundial. Esto se traduce en que el objetivo de no más de 1.5 grados, es probable que sea excedido. Cuando se acepta que este escenario es más probable que uno de cortes drásticos e inmediatos en las emisiones, nos vemos obligados a concluir que la aplicación de las tecnologías de captura, remoción y almacenamiento del CO2 es prioritaria.

Es dentro de estas realidades donde nos corresponde actuar con el objetivo de aprovechar los recursos que tenemos para el bienestar de nuestra gente.

El Plan Energético 2007-2012 y el Plan Siembra Petrolera 2005-2030 de Petróleos de Venezuela, PDVSA, promueven la aceleración de diferentes proyectos de exploración y producción de gas en tierra firme y costa afuera, para satisfacer las necesidades de gas del mercado interno, así como la de los países de Latinoamérica, el Caribe y la Cuenca Atlántica. Es preciso aprovechar estas oportunidades para la maximización del Valor Agregado Nacional VAN. La Cámara Petrolera de Venezuela considera estratégico para la soberanía de Venezuela que su principal industria cuente con un elevado grado de suministro propio que asegure la continuidad de sus operaciones. El sector productivo petrolero privado ya cuenta con una valiosa experiencia, no solo en Venezuela, sino también llevando con orgullo bienes y servicios con la marca “Hecho en Venezuela” a todos los mercados internacionales.

Las reservas de gas de Venezuela, aunadas a un consumo mundial de gas en crecimiento, abren un sin número de oportunidades que se deben aprovechar de forma inmediata. El sector empresarial de los hidrocarburos pone a disposición del Gobierno Nacional nuestra suma de conocimientos, capacidades y experiencias para llevar adelante exitosamente el desarrollo de esos proyectos. Experiencias como la construcción de la plataforma de producción de 8.000 toneladas para Corocoro, son ejemplo de lo que los venezolanos hacemos con calidad en Venezuela. Pero para lograr el fortalecimiento del sector productivo nacional se requiere contar con las condiciones legales y contractuales que brinden el marco apropiado para maximizar la participación nacional: desarrollar procesos de licitación de bienes basados en la preferencia de ofertas con mayor VAN, y de bienes fabricados en el país por la industria nacional, y sólo recurrir al “Concurso Público Anunciado Internacionalmente” cuando la oferta nacional esté copada o sea inexistente; incentivar la asociación entre productores extranjeros y venezolanos, donde se garantice la participación local para la fabricación de productos en Venezuela; establecer un consumo anual mínimo de la Industria Nacional de los Hidrocarburos identificando e informando sus necesidades de compras para armonizar la oferta nacional con esos requerimientos. Reiteramos que el sector productivo petrolero privado está dispuesto, somos el mejor aliado para lograr el desarrollo de la Industria Energética Nacional, pilar fundamental para crear la Venezuela que todos queremos y merecemos.

En Venezuela se ha reconocido la importancia de fortalecer el sector productivo nacional y se han implementado medidas para promover la participación de empresas venezolanas en los procesos de contratación. Esto se ha establecido en el Artículo 18 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos que garantiza la participación de empresas de capital nacional en las contrataciones relacionadas con el sector petrolero. El objetivo es utilizar de manera óptima y efectiva los recursos venezolanos y fomentar el desarrollo de un tejido productivo diverso en el país. Para lograr este objetivo, se han establecido Mesas de Trabajo entre el gobierno y el sector productivo privado para armonizar la oferta y la demanda de bienes y servicios en la industria petrolera. Se busca garantizar que los insumos necesarios sean de alta calidad y cumplan con los estándares internacionales, al mismo tiempo que se promueve el consumo de productos nacionales. Además, se están explorando nuevas formas de asociatividad y se está activando la Ley de Simplificación de Trámites Administrativos para agilizar los procesos.

En cuanto a la energía renovable, se reconoce que la instalación de parques eólicos puede generar actividad industrial y contribuir a la economía regional y nacional. En Venezuela se ha visto con buenos ojos el avance en la generación de energía eólica, ya que se considera un avance en la generación de bienestar para la población y se promueve la participación del sector privado en proyectos de inversión que cuiden el medio ambiente. En esta misma línea de acción, el estado venezolano adelanta negociaciones para llevar a cabo un importante proyecto de energía eólica. Este tipo de energía que aprovecha un recurso abundante, renovable y limpio, ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, gracias a que apuesta a desplazar las emisiones térmicas y eléctricas a base de combustibles fósiles y apuntando a tecnologías verdes. Estas fuentes alternas de energía no sustituirán el uso de los hidrocarburos, pero complementan la creciente demanda de energía de las naciones, fomentan la investigación en tecnologías limpias y contribuirán a construir una sociedad de consumidores más responsables. Por otro lado, llama la atención el aporte del sector académico a la investigación y desarrollo sobre energía eólica, lo que da cuenta que ese sector apuesta por su éxito, lo que implicará la formación de múltiples profesionales en el área engrandeciendo el parque profesional del país. La Corporación Andina de Fomento ha creado un programa especial de financiamiento para este tipo de proyectos, considerándolos una nueva vía para contribuir con el medio ambiente. Este apoyo se materializa al financiar proyectos que utilicen tecnologías comprobadas “limpias”, con elevadas inversiones en nuevos proyectos, expansiones o rehabilitaciones a través de préstamos e inversiones en las áreas definidas. Países como Colombia, Brasil, Argentina, Perú y Venezuela ya están enmarcados en estos proyectos con los estudios y las inversiones apropiadas, las cuales están en algunos casos en fases de implantación, pero en otros con proyectos avanzados, y en el mejor de los casos en fase de desarrollo. PDVSA adelanta también otros importantes proyectos en esta materia, como son las evaluaciones para establecer Ciudades Ecológicas en torno al área de desarrollo de los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco, tratando de evitar así las zonas de pobreza que en el pasado se instalaron alrededor de complejos petroleros y que evolucionen en armonía como el principal elemento de la zona, el majestuoso río Orinoco.

Desde la Cámara Petrolera de Venezuela, expresamos muestro apoyo a estas y otras iniciativas que buscan energía a partir de tecnologías cada vez más armónicas con el ambiente, que vienen a complementar al sector de hidrocarburos, generando espacios de participación pública y privada que dan cuenta, finalmente, de la mejor relación productiva de la nación a la par de afianzarnos como el mejor socio de la industria petrolera de Venezuela.

Aún estamos en medio de una crisis económica global cuyos efectos sobre nuestro país todavía no pueden ser cuantificados, ya se puede predecir una reducción en la demanda mundial de hidrocarburos y por ende una reducción en los precios a nivel internacional del petróleo y del gas. No obstante esta situación, la Cámara Petrolera manifiesta su confianza sobre las enormes posibilidades que tiene el país para continuar en la ruta de construir una sólida nación a través de la industrialización de los hidrocarburos. Se ha señalado que el costo de producción por barril mejorado en el área Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco es tremendamente competitivo en relación con los de otros productores y mucho menor que cualquier fuente de energía alterna, como las arenas bituminosas, la energía nuclear, la producción de gas derivado del carbón, o del moralmente controversial uso de bienes alimenticios como combustible, debemos llegar a la conclusión de la alta competitividad de nuestros recursos energéticos y por lo tanto los planes y proyectos para incrementar la producción de petróleo y gas en nuestro país deben continuar desarrollándose para generar los ingresos que requiere Venezuela. Importantes proyectos que aún cuando por efecto de la coyuntura económica puedan replantearse su ejecución, con más participación nacional permitirán garantizar la disponibilidad de bienes y servicios producidos en el país, el uso óptimo de las divisas y el equilibrio en la balanza de pagos.

El desarrollo y mejoramiento de las condiciones sociales y económicas del país son una responsabilidad moral imperativa para todos. La industria petrolera venezolana es la vía fundamental para lograr este gran objetivo de un país desarrollado y de todos, para ello es necesario un mayor compromiso de cada uno. Necesitamos invertir en el país, en tecnología, aumentar nuestras capacidades y mejorar nuestros procesos para garantizar la protección a nuestra gente, a los recursos y al planeta. Este importante reto de incrementar la producción nacional significará un decidido impulso a la industrialización de los hidrocarburos a nivel regional y nacional y consecuentemente al desarrollo del país. El esfuerzo conjunto y bien focalizado permitirá trabajar cada vez más y mejor, por el desarrollo socioeconómico del país y la erradicación de la pobreza.

Las instituciones gremiales representan plataformas idóneas para el intercambio de experiencias en sectores específicos, para la optimización de procesos y una oportunidad para facilitar gestiones con el estado. Promueven la creación de sinergias para la participación armónica de los sectores que agrupan en proyectos establecidos por el estado y ofrecen un espacio para configurar alianzas estratégicas entre empresas nacionales e internacionales, promoviendo la maximización del valor nacional. Un tejido empresarial, serio, responsablemente en lo social, debe servir para apalancar también la formación de recurso humano para el trabajo, apoyando a instituciones de formación técnica y universitaria, en áreas prioritarias para la Nación.

Es necesario recuperar, fortalecer y mantener como norte de la CPV la relación continua con PDVSA y el Ministerio, la cual ha sido inconsistente en los últimos tiempos por razones de cambios que se han presentado y que han significado la ausencia de interlocutores estables, en ambos sentidos, que mantengan importante vínculo para el desarrollo de planes en conjunto en beneficio de la Nación.

Se pueden resumir aspectos básicos en lo Externo y en lo Interno. En lo externo, nos propusimos ser el Aliado de PDVSA a nivel nacional e internacional en la divulgación de sus planes de inversión y desarrollo, incluyendo la participación conjunta en la Misión Asia, con intercambios institucionales formales en China, Corea y Vietnam. La CPV fue autorizada por PDVSA a promover sus proyectos de expansion en los países que incluyeron esta Misión al continente asiático con la finalidad de conseguir aliados para la ejecución de estos planes, a través del vehículo de la Cámara Petrolera como máximo representante de las empresas privadas especializadas en Venezuela. Se hicieron más de 20 presentaciones en esos países lo cual trajo como beneficio la firma de acuerdos entre la CPV y las Cámaras Petroleras de China y de Vietnam, así como también con China National Petroleum Corporation (CNPC), en su área de Tecnología y HQC y con la empresa constructora china que participó en la Misión Vivienda. Igualmente se firmaron Acuerdos de Entendimiento con empresas coreanas que posteriormente participaron en el financiamiento y trabajos de la nueva refinería de Puerto La Cruz, todavía por concluir. La CPV en ese periodo sirvió como embajadora de Venezuela con la misión de difundir sus valores y capacidades de ejecución y lograr las mejores relaciones con empresas que podrían apoyar y formar alianzas con nuestras empresas.

En el año 2015 también se promovió, y desarrolló con éxito, con el conocimiento de PDVSA, lo que denominamos Misión Rusia, a través de una delegación conformada por presidentes y directores de importantes empresas de la Cámara Petrolera de Venezuela relacionadas con el área de Ingeniería y Construcción. Recibimos invitación oficial de la Cámara Petrolera de Rusia para hacer presentaciones de nuestras capacidades empresariales, incluyendo visitas a empresas relacionadas con el área de ingeniería, construcción y tecnología, con la finalidad de motivarlas e invitarlas a participar en alianzas con empresas venezolanas en el proceso de desarrollo de la Industria Petrolera y Gasifera de Venezuela. Se logró firmar un Acuerdo de Entendimiento entre la Cámara Petrolera de Venezuela Capítulo Anzoátegui y la Cámara Petrolera de Rusia.

En lo Interno, podemos mencionar el I Congreso Integral de Hidrocarburos en Venezuela con la participación de más de 700 personas en septiembre del año 2011 y el auspicio de PDVSA. Este Congreso, a diferencia de otros realizados por la CPV, tuvo como objetivo fortalecer internamente a los Capítulos Regionales con la distribución de los extraordinarios ingresos que generó esta actividad.

También impulsamos a las nueve comisiones técnicas sectoriales de la Cámara, ofreciendo a PDVSA diagnósticos y propuestas concretas para fortalecer la actividad petrolera nacional. Suscribimos convenios con instituciones de educación superior en áreas de formación de profesionales para el sector petrolero y se promovió e impulsó la mayor representación de los Capítulos Regionales en la Directiva Nacional

Asimismo, se le dio atención sistemática y periódica al tratamiento de las deudas de PDVSA y sus filiales con las empresas nacionales proveedoras de bienes y servicios afiliadas a la Cámara. Y presentamos unas primeras consideraciones sobre nuevas inversiones internacionales y nacionales para financiar la ejecución de proyectos para el incremento de la producción de hidrocarburos.

Nuestra Cámara Petrolera de Venezuela, estrictamente profesional y técnica, continuará marcando pauta en la construcción de la Venezuela que todos queremos mediante su continuo aporte en soluciones en la inmensa gama de temas involucrados en la actividad de hidrocarburos. Hemos labrado un camino, hemos de conservarlo y profundizarlo y reitero mi optimismo por el porvenir que juntos estamos construyendo.

Resumen del documento entregado a la presidencia de PDVSA en Septiembre de 2012.

Planteamientos sobre la participación del Sector Productivo Nacional en la ejecución del Plan Siembra Petrolera, y en particular en el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, como muestra del compromiso de la Cámara Petrolera de Venezuela con la Política Integral, Social y Energética, del Estado, proponiendo la evaluación y ejecución de algunas líneas fundamentales de trabajo conjunto:

1. Establecimiento de Canales de Comunicación entre PDVSA y la CPV.

• Activación de Mesas de Trabajo y Equipos Técnicos para optimizar la Participación Nacional en el Plan Siembra Petrolera.

2. Participación Nacional en el Plan Siembra Petrolera.

• Establecer un valor agregado nacional (VAN) mínimo de 50% para proyectos a ejecutar a partir del 2012, aplicable a todas las áreas y sectores de los mismos.
• Un plan de de desarrollo que tenga como meta alcanzar un valor agregado nacional de 70% para el año 2017.
• Definir para cada proyecto las áreas, sectores y actividades “reservadas” para empresas venezolanas.

3. Establecer Novedosos Mecanismos de Pago a Proveedores y Contratistas.

• Analizar conjuntamente los diferentes mecanismos de pago a aplicar tomando en cuenta el tamaño de las empresas, moneda del contrato, antigüedad de la deuda.
• Creación de una mesa de trabajo conformada por representantes de la CPV y representantes de PDVSA para la determinación de los mecanismos novedosos o tradicionales de financiamiento que permitan la cancelación de la totalidad de la deuda, para el momento, con los proveedores nacionales, tales como emisiones de bonos, establecimiento de cuentas de fideicomisos de pagos o cuentas cascadas o cualquier otra forma que se considere viable y de pronta aplicación.
• Definir instrumentos financieros que permitan resolver la situación coyuntural de pagos a proveedores y contratistas con PDVSA a través de la Banca Pública.
• Creación del “Banco Petrolero”, organización financiera de capital mixto, para atender las necesidades del sector de los hidrocarburos.
• Promover, ante entes financieros y bancos de desarrollo internacionales, que el financiamiento ofrecido a las empresas de sus países de origen, se extienda a las empresas venezolanas que participan asociadas a esas empresas extranjeras beneficiarias.

4. Estimular la Instalación de Empresas de la CPV en la Faja Petrolífera del Orinoco.

• Establecer las condiciones y requisitos para la instalación de empresas de la CPV en los Condominios Industriales y Bases Petroindustriales Socialistas de la FPO.
• Crear normas y reglamentos especiales de funcionamiento de Condominios Industriales y Bases Petroindustriales Socialistas de la FPO.
• Creación de una “Zona Especial Faja del Orinoco” donde se ofrezcan estímulos fiscales y financieros a las empresas de la CPV que se establezcan en ella, pudiéndose organizar talleres de trabajo con representantes del MPPPM, PDVSA, Ejecutivo Regional y Municipal y CPV para analizar tales estímulos e incentivos.
• Promover un gran entendimiento entre el estado venezolano, PDVSA y el sector productivo nacional, a fin de aplicar estrategias exitosas tales como: facilidades para la adquisición de maquinarias y equipos, logística especial para establecer grandes centros de almacenamiento y abastecimiento de insumos de construcción, etc.

5. Promoción de Formación de Consorcios de Empresas Venezolanas para estimular la integración de Cadenas Productivas y agilizar procesos de contratación.

• Identificar aéreas y sectores donde se promoverá la integración de consorcios, por ejemplo: macollas, servicios a pozos, fabricación y montaje de estructuras metálicas, diseño de ingeniería de facilidades de producción, proyectos IPC, etc.
• Organización de talleres conjuntos PDVSA – CPV para optimizar y normalizar diseño y construcción de facilidades de producción y agilizar procesos de contratación.

6. Promoción de la Industrialización de Hidrocarburos en la FPO.

• Identificar las plantas industriales que puedan instalarse en la FPO para aprovechar los subproductos derivados de los procesos de producción y generar otros productos para el desarrollo industrial del país.
• Creación del “Fondo Industrial Orinoco” que promueva la industrialización de los hidrocarburos en la FPO, con aportes del Estado Venezolano y del Sector Productivo Nacional.

7. Potenciar la Incorporación del Sector Energético Venezolano en el MERCOSUR.

• Organizar taller con la Comisión Presidencial para la Incorporación de Venezuela al MERCOSUR, PDVSA y la CPV, para conocer la estrategia y plan nacional a desarrollar.
• Coordinar reunión con representantes diplomáticos de Venezuela en países del MERCOSUR y ejecutivos de PDVSA en esos países y la CPV, para conocer la demanda de Obras, Bienes y Servicios del sector energético y preparar la oferta nacional.

8. Desarrollo y Transferencia Tecnológica.

• Aplicación obligatoria de programas de transferencia tecnológica y adiestramiento al personal venezolano, por parte de las empresas internacionales socias de PDVSA y proveedoras de insumos tecnológicos.
• Creación de un “Fondo para el Estimulo y Fomento Tecnológico” que financie la adquisición, desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías para la FPO.
• Organizar mesa de trabajo para analizar la actualización tecnológica en instalaciones maduras de producción, como en el caso del Lago de Maracaibo, a fin de incorporar nuevos procesos de producción y materiales que optimicen la producción y el control ambiental.

9. Desarrollo Conjunto del Talento Humano para el Plan Siembra Petrolera

• Establecer convenios con universidades, centros de investigación y desarrollo, institutos de formación y capacitación, nacionales e internacionales, para la preparación de programas de formación de recursos humanos.
• Establecer un aporte de las empresas del Sector Productivo Nacional para la formación de RRHH.
• Impulsar el desarrollo de la “Universidad Venezolana de los Hidrocarburos”.

Quedamos a disposición para continuar trabajando en pro de asegurar el éxito del Desarrollo Integral de la Actividad de los Hidrocarburos en Venezuela y propiciar el Gran Encuentro Nacional entre el Estado, a través del Ministerio, PDVSA, las Comunidades, la Cámara Petrolera de Venezuela y sus Afiliados y todos los demás actores nacionales intervinientes.

¿Sabías que la Cámara Petrolera de Venezuela tiene una tradición deportiva de más de 20 años? Se trata de los Torneos de Golf que se realizan en las regiones en las cuales las la Cámara tiene presencia.

Todo empezó por iniciativa del Sr. Jean Louis Droulers, quien en su momento era el presidente de la Dowell Schlumberger y le propuso a la Junta Directiva de la Cámara organizar un pequeño torneo de golf con el objetivo principal de compartir un momento de esparcimiento y fortalecer las relaciones entre los actores del sector de los hidrocarburos en un ambiente agradable e informal.

Desde entonces el torneo ha crecido y se ha consolidado como un importante evento con más de 100 invitados en cada ocasión, entre afiliados y allegados que amplían su red de contactos en esta actividad.

En la actualidad la Cámara organiza una gira nacional de golf, denominada CPV Tour, en Maturín, Puerto La Cruz, Valencia, Maracaibo y Caracas, que tiene como objetivos fomentar los vínculos entre agremiados, potenciales clientes y relacionados del sector, aumentar la visibilidad de la Cámara y las empresas que la conforman, y ofrecer a los patrocinantes la oportunidad de promocionar su marca, productos y servicios. Además, se realiza una labor social apoyando con los resultados económicos a iniciativas regionales para impactar de manera positiva en las comunidades.